Consejo Nº5

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Consejo Nº5: Observa a bailarines destacados de diferentes estilos de bailes.


FERNANDA

— ¿Estas segura de que estas cómoda? – Esta era la decima vez que Vero me preguntaba lo mismo y estaba seriamente contemplando la posibilidad de llamar a su papá para que la sacara de aquí.

Se acercó y acomodo un poco más la manta metiéndola debajo de mi, estaba segura de que si intentara moverme terminaría cayéndome al suelo ya que ni siquiera podía mover mis piernas.

— Estoy bien Verónica – Le dije — ¿no me habías dicho que habías planeado salir con Álvaro? – Álvaro era su más reciente novio y en este momento mi mas valioso aliado. Verónica se mordió la uña de su pulgar considerando mis palabras.

— Si, pero no puedo dejarte así.

¿Por qué Verónica no quería irse de mi lado? – Esa era una pregunta bastante importante. La historia detrás es incluso graciosa ahora que lo pienso. Pero en ese momento no fue nada lindo.

Solo retrocedamos un poco. Me encontraba a salvo después de volver de mis estiramientos. Yo era feliz y podía moverme cada vez que se me diera la regalada gana. Viejos tiempos, que hoy recuerdo como buenos.

Bien, la cosa es que cuando Verónica llego a mi casa me dijo que debía hacer un collage de naturaleza muerta para su clase de arte y naturalmente me ofrecí a ayudarla. Lo que no sabía era que 20 minutos después estaría encaramada en el árbol del patio de mi casa intentando sacar una hoja color rosa claro que a Verónica le había encantado.

Estaba intentando no entrar en pánico, pero era difícil.

— ¡Es esa hoja de allí!

— ¡Esta demasiado lejos! – Yo gritaba tanto por el pánico como para que ella entendiera.

— ¡Solo estira un poco mas tu brazo!

Era imposible hacerla entrar en razón. En estos momentos estaba seriamente reevaluando mi amistad con ella.

Estiré un poco más el brazo como me había dicho – Casi la tengo, casi...— De alguna manera mi pie resbaló de la rama y me encontré gritando a todo pulmón mientras las ramas pequeñas del árbol arañaban mis piernas. Sin embargo, la caída fue demasiado corta y pronto me encontré con el suelo.

Creo que de alguna forma logré aterrizar encima de un solo pie y éste soporto todo mi peso cuando aterricé en el suelo. No les contaré la parte dolorosa, porque ni siquiera quiero recordarlo. Papá me llevó al hospital y Miguel incluso me llevó en sus brazos desde el auto hasta las puertas.

En fin, Cuando el doctor vio mi pie, dijo que no estaba fracturado, pero de todas formas le recomendó a papá que debería hacer reposo y mantener mi pie en alto. Para ese momento mi pie parecía más una pata de elefante con lo hinchada que estaba. Me inyectó una cosa para el dolor — No les diré donde – y luego le dio a mi papá una receta con unas medicinas que debía tomar para disminuir la hinchazón.

Así que, aquí estaba, más o menos 4 horas después del fatídico incidente. Acostada en el sillón de la sala – Ni idea de cómo iba a subir a mi habitación — Mi pie estaba encima de un montón de cojines y Verónica se había asegurado de poner un montón de mantas encima de mí, me había traído un tazón de helado de frutilla con galletas y había puesto la repetición de un capitulo de The Vampire Diaries. No estaba mal, pero Verónica me estaba poniendo malditamente nerviosa cada vez que me preguntaba como estaba.

— No te preocupes por mí, ya te dije que estoy bien. Además, Papá estará conmigo y no estaré sola.

Suspiro – Lo sé, pero todo esto es mi culpa. No debí haberte dejado subir a ese árbol.

¡Cállate y Baila Conmigo!Where stories live. Discover now