XI (FINAL)

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Hola!!!

¿Como han estado? Espero que bien :D 

Aquí vengo  con el ultimo capitulo de este fic y espero que les guste tanto como a mi. Sin mas que decir comencemos y nos vemos abajo :D

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Chuuya abrió los ojos esa mañana contemplando la idea de tomar su arma y darse un balazo en la cabeza, sin embargo el dolor de ésta era tal que renuncio a la idea temiendo que con el sonido del arma le doliera aún más. Pensamientos muy lógicos cuando alguien esta crudo.

-Maldita sea, no vuelvo a tomar así

Una mentira, pero si se ha mentido a si mismo por 4 años con el tema de Dazai que más da mentir sobre su consumo de alcohol. Se levanta con esfuerzo y mira el reloj, las seis de la mañana.

Si sus cálculos no le fallaban cuando Akutagawa "amablemente" bajó su borrachera eran apenas las 2 de la mañana, después volvió a beber como imbécil despechado por lo que seguramente duro ahí unas dos horas más. Genial, no había dormido nada y lo peor es que el dolor de cabeza le quito el sueño.
Resignado decidió tomar una ducha de agua caliente y comer algo ¿sobraron tallarines? No, estaban buenísimos y se los acabaron todos. Debía cocinar, algo dulce estaría bien. Haría crepas.

Por otra parte, Dazai miraba fijamente aquel edificio, ojos cansados, bostezando y con un rostro que indicaba las ganas de irse de ahí y regresar a su cama. Joder era muy temprano, pero sabía que Chuuya estaba despierto por la luz en su departamento

-Dazai-san mucha suerte

¡Ah, sí! Ya recuerda porque está ahí tan temprano. Su no tan querido subordinado había llegado a su departamento argumentando que Akutagawa había hablado con Chuuya y afirmando que el pelinaranja quería escucharlo aviso al menor para que llevase al castaño lo más pronto posible. Atsushi corrió a despertarlo cuando esto pasó, y aunque Dazai no lo aceptara el querer ver al enano lo hizo adelantar sus planes y seguir al pequeño tigre, ahora se arrepentía.

Seguramente su petit mafia estuviese enfadado, adolorido y con ganas de matar al primero que irrumpiera su cruda matutina, lo conocía tan bien. Estaba terriblemente nervioso a pesar de confiar en su plan, y es que nunca había hecho algo como esto ¿realmente lo valía?

La imagen de un pequeño niño de cabellos naranjas y ojos azules, mirándolo con un puchero y el ceño fruncido apareció en su mente, el niño se convirtió en un joven de cabello corto mirándolo con una sonrisa desafiante. El joven un poco más maduro, con el ceño fruncido, un sonrojo marcado acomodando sus vendajes.
Ahora ese hombre lo miraba con dolor, desprecio, anhelo, lo liberaba de la port mafia, le gritaba como una chica, peleaba a su lado contra el gremio y después alejándose con sus ojos encharcados por los recuerdos y promesas perdidas.

Por supuesto que lo vale

Decidido se metió al departamento entrando por la ventana que sabía pertenecía al cuarto de Chuuya. El ya no se encontraba ahí, siguiendo la luz del pasillo lo encontró en su pequeña cocina, concentrado completamente en el círculo de masa que se calentaba, lo voltea y lo deja unos minutos. Le agrega fresas, mango, lo dobla y saca el pequeño postra para después repetir el proceso.

Debe estar hambriento

-¿Hasta cuándo vas a estar vigilándome, momia acosadora?

Dazai sonrío al escuchar el apodo, si tan solo supiera las veces que lo seguía

-Me alegro que te sientas tan bien Chuuya- respondió sarcástico, haciendo alusión al desastre en su departamento –aun con las botellas y platos- y al rostro del otro quien aún no se libraba del dolor de cabeza

Recuerdos de un amorWhere stories live. Discover now