Parte 3

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Kiku salió a la ciudad, traía su teléfono y sin embargo no contestaba ninguna llamada de sus amigos preocupados, o sus compañeros de entrenamiento. Era una de esas situaciones que difícilmente se pueden comprender: estaba harto de estar sólo y sin embargo sólo así se sentía cómodo, con un espacio para él mismo.

No tenía un rumbo definido, apenas y ponía atención a la gente que le rodeaba. Iba a tomar un metro y de repente se topó con Italia.

-Hola Japón-

-¿Eh? Oh, hola Italia- dijo saliendo de su ensimismamiento

-¿Qué haces?-

-Nada en realidad, ¿y tú?-

-Te secuestraré-

-¿Qué?- dijo Kiku confundido 

-Sí, sí- le pone un saco en la cabeza

-¿Qué haces?-

-Te secuestro-

-¡Suficiente!- lo apartó, había violado la sagrada ley del espacio personal.

-¡Perdón! ¡no me pegues! Me rindo- enseñó su típica bandera blanca.

-Ya calma, no pasa nada, ahora...¿por qué querías secuestrarme?-

-Es el entrenamiento de Alemania, te hemos estado buscando pero no contestas-

Japón revisó su teléfono, era verdad: tenía un montón de llamadas y mensajes, al menos todos sus amigos lo habían buscado.

-Es como si te hubieras esfumado-

-Deseo hacerlo, trataron de convencerme de conocer el mundo, pero éste no es el que quiero conocer-

Italia lo miró confundido, no entendía nada, sólo deseaba que su amigo volviera a casa.

Sonó una llamada, esta vez del teléfono de Italia, era Alemania:

-¿Lo encontraste?-

-Sí-

-Traelo-

-No logré secuestrarlo, hice todo lo que me  dijiste-

-¡Olvídalo! ¡Japón! ¿Quién te crees para desaparecer del mundo?-

-Es complicado...- dijo, usando su excusa preseleccionada, odiaba dar explicaciones, una respuesta ambigua siempre era su mejor opción y es que en realidad apenas él entendía lo que estaba haciendo, no iba dar una explicación, solamente quería hacerlo.

-Eres un tipo complicado Kiku, déjate de tonterías y regresa a casa, ya has preocupado a bastantes-

-Bien, iré a casa-

-Genial, nos vemos para entrenar-

Colgó el teléfono.

-¿Prefieres escapar de Doitsu e ir a comer pasta? Vamos en mi auto-

-Gracias Italia, pero... Ahora estoy...ocupado...-

-Pero Doitsu me va a regañar si no vienes conmigo-

-Perdón...- se despidió y abordó el metro. -Les avisaré cuando vuelva- se despidió, no era descortés, apreciaba la preocupación de sus amigos pero tenía que hacerlo solo.

¿Que si qué tenía que hacer?  Caminar, sólo caminar en la ciudad, olvidando a propósito su teléfono en el metro para que no lo molestaran.

Detrás de la pantallaWhere stories live. Discover now