Un novio de otro mundo #1: Destinados

Capítulo 3: Pseudo novio

–¡Pero… ¿Cómo lo olvidaste?! ¿Quién soy yo para ti? ¡Ayer yo era tu mejor amiga!

Fanny estaba hiperventilando, su respiración se estaba agitando cada vez más y una vena en su cuello parecía estar a punto de explotar. No podía negar que se veía muy chistosa pero si se lo decía se iba a poner más loca que ahora.

–Tranquilízate, te lo iba a contar…

–¿No me digas, y cuando pensabas hacerlo? –contraatacó irónica. Nunca la había visto en ese estado, si tan solo demostrara ese enojo estando Layla cerca.

El incidente de la mañana pasó a ser histórico. Luego de la aparición de Lucas, Layla se fue así como si nada. Hasta las chicas populares vieron lo ocurrido con estupefacción, preguntándose de dónde había sacado un novio como ese. La historia de mi nuevo novio corrió más rápido de lo que yo esperaba, al cambio de hora mientras yo me dirigía a mi casillero con Lucas todos me observaban curiosos, lo peor de todo es que él parecía no notarlo. Hasta las chicas populares se lo comían con la mirada y me miraban entre dudosas y desafiantes. Sin embargo, no podía negar que esa nueva atención me gustaba. Excepto por la parte en la cual mi mejor amiga me estaba gritando y reclamando que no le dijera nada.

–Es complicado, Fanny. Él… lo conocí hace un tiempo y todo se dio demasiado rápido. Yo… ni siquiera me lo creí, digo ¿yo con novio? –mi amiga me observó en silencio, luego asintió con la cabeza, aquel había sido un buen punto.

–Ni siquiera me contaste sobre tu primer beso –agregó apenada.

–Ah… eso…

–¿Qué? No me digas que no le has dado un beso a ese tremendo… –Lucas estaba conversando con alguien apoyado en su nuevo casillero. No sé cómo lo hiso pero ahora era otro alumno más, de ultimo año, o sea que se codearía con los populares y eso no me gustaba mucho– Bombón.

–Yo… eh… no sé qué hacer exactamente –miré la punta de mis zapatos avergonzada.

–Ya pensaremos en algo –tomó mi brazo y me guiñó un ojo. Su enojo se había disipado al fin–. Nos vemos al almuerzo.

Fanny se alejó por el pasillo camino a su próxima clase. Había cuatro ramos que no cursábamos juntas: biología, química, filosofía y física avanzada. Curiosamente con Lucas compartíamos todas las clases y, mi asiento que siempre permanecía vacío cuando no estaba Fanny, ahora estaba ocupado por el chico más guapo que había pisado la escuela…o el mundo…o dadas las circunstancias el universo entero. Chico que me está copando a pesar de su belleza. No se alejaba en ningún momento de mí y hasta cuando quería ir al baño me esperaba a fuera, aquello me estaba cabreando, mas aun porque nunca me daba las respuestas que yo quería oír.

–Lucas, ¿de dónde vienes? –le pregunté en clases de biología, mientras diseccionábamos una rana.

–De un lugar que no conoces.

–Eso es obvio, tonto. Cuéntame cómo es.

–Parecido a esto… –miró a su alrededor–. Somos como humanos pero con otra clase de poderes… más evolucionados.

–Entiendo. Si puedes aparecerte mágicamente podrás ayudarme a pasar biología sin tener que verle las tripas a esta pobre rana, ¿no?

–Eso sería trampa, pero puedo ayudarte a estudiar. No todo es tan fácil, nena –me tocó la punta de la nariz con su guante y juro que pude escuchar los suspiros de mis compañeras en el asiento de atrás.

–Pero se supone que debes facilitarme las cosas –me quejé, bajando la voz.

–Dejen la cháchara y trabajen –dijo la profesora pasando a nuestro lado. Mientras hablaba me clavó los ojos con enfado pero luego suavizó su mirada en cuanto miró a Lucas y le preguntó si necesitaba ayuda. Las personas podían ser tan cínicas frente a una cara bonita.