Capítulo 18: No todo lo bueno dura para siempre

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Durante el resto de días seguimos en la misma rutina de mentirle a mamá. Cada noche ella y mi hermano pensaban que yo estaba en mi habitación durmiendo con normalidad, pero Lucas iba a una hora exacta a buscarme y al segundo aparecíamos en su habitación.

La casa de Luke fue cambiando, ya no estaba tan desordenada, al menos en el segundo piso. Varias noches yo dormía sola mientras él se llevaba los libros y papeles que parecía siempre estar estudiando a un escritorio arrimado a los pies de la cama, la cual ahora había sido reemplazada. Era una cama gigante de esas altas y anchas con un hermoso plumón blanco que lograba disipar las noches frías. Ya se acercaba el invierno y con ello las vacaciones, eso me daba más tiempo libre y más posibilidades de estar sola en mi cuarto siendo atacada por unos Nephilim… o con uno solo bastaba.

Ahora que no nos habían atacado en semanas me costaba concentrarme, andaba paranoica todo el tiempo pensando que en cualquier minuto ellos volverían a aparecer. Todas las mañanas despertaba pensando: “a lo mejor hoy ellos vendrán”.  Lucas trataba de consolarme diciéndome que nada me pasaría mientras él estuviera para protegerme. Pero entonces yo no podía evitar preguntarme: “¿Y si él no estaba?”

Esa mañana desperté con el mismo sentimiento de temor y pánico. Restregué mis ojos y bostecé, tapándome la boca con una mano. Levanté un poco la cabeza para comprobar que Lucas estuviera durmiendo al lado mío pero no fue el caso. Nuevamente se había pasado la noche en vela revisando lo que para mi eran puros jeroglíficos. Una lengua extraña que definitivamente no era humana. Su lengua, probablemente.

–Otra vez no duermes.

Lucas parecía no estar escuchando. Hacía unos cálculos sobre una hoja de papel llena de símbolos. Estaba tan concentrado que no me escuchó.

Me levanté sigilosamente y me planté detrás de su silla. Me incliné para darle un suave beso en el cuello.

–Buenos días, Luke.

Pegó un respingó y se giró con los ojos abiertos. Estaban rojos por falta de sueño.

–Lucas, no puedes seguir sin dormir.

–Por ahora no puedo darme ese lujo. Además, no lo necesito tanto como los humanos.

–Pero llevas semanas así, creo que ya es suficiente.

Lucas giró su silla y me abrazó por la cintura. Apoyó su cabeza en mi abdomen y dio un suspiro. A ese ritmo Lucas no iba a tener fuerzas por si nos atacaban de nuevo, necesitaba reponerse. Hundí mis dedos en su cabello y lo acaricié hacia atrás.

–Luke, con Fanny habíamos pensando ir al centro comercial. ¿Qué te parece si tú te quedas durmiendo y yo vuelvo cuando terminemos para hacerte compañía?

–Bueno… un centro comercial es concurrido… –Estaba pensando en voz alta – creo que está bien. Llámame cuando estés lista y yo iré por ti.

–Puedo llegar sola a tu casa –Me reí –. No hay problema.

–Está bien.

–Vamos, levántate –Lo tomé de un brazo pero me fue imposible levantarlo hasta que él se movió –. A la cama –. Le indiqué.

–Hmmm –Me miró con una picara sonrisa. Aun tenía un brazo alrededor de mi cintura y no tardó en jalarme con él a la cama –. ¿Qué estas sugiriendo, Amy?

–Nada –Corregí con enfado –. Oye, pero espera. Yo debería estar despertando en mi propia cama así que llévame, pero prométeme que volverás a dormir. Me daré cuenta si me mientes.

–Está bien –Sin soltarme aparecimos en la misma posición pero sobre mi cama.

Intenté levantarme pero él me tenía totalmente aprisionada. Le di un puñetazo en el pecho pero tampoco se inmutó, ese golpe debió ser como cosquillas para él. Le pellizqué el brazo, pero nada.

Un novio de otro mundo #1: DestinadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora