Godzilla contrataca

111 10 4
                                    

El entro con pasos lentos y se sentó en la pequeña cama palmeo varias veces a lado suyo como un gesto para que yo me  sentara junto a él.

-¿Qué es lo que pasa, de que quieres hablar?- Fernando se revolvió el cabello con una expresión de duda en su rostro

-Yo se que fui un poco brusco al declararme de esa forma, pero no podía callar más lo que me haces sentir. ¡Dios! En mi vida había conocido a alguien como tú eres tan desesperadamente asombrosa cada parte de ti me encanta- se levantó y camino de un lado para otro por toda la habitación- Como puedo explicarlo… contigo puedo estar tranquilo, sentirme yo mismo. Quiero saber cada parte de ti, mantenerte en mis brazos cuando ya no puedas más, quiero estar contigo siempre.- se acercó tan cautelosamente que no note cuando ya estaba adelante de mi a punto de darme  un beso.  Todo esto mantenía mi mente en el recuerdo las dulces palabra de alguien declarando su amor, la promesa de estar siempre juntos y de quererse la toda la vida. Todas y cada una de esas palabras eran una mentira yo lo sabía por experiencia y jure que jamás caería en ellas.  Pero al parecer todo es esta vida tiene un límite en donde quieres creer en algo tan desesperadamente que accedes a volver a pisar el mismo terreno minado para llegar a la tierra prometida, ti sabes que es mentira pero el mismo pensamiento de poder al fin ser feliz te ciega y deja que lo hagas de nuevo.

Lo único que pude sentir fueron unos dulces y cálidos labios sobre los míos, rompiendo cualquier barrera que había creado hace tiempo cuando torpemente le di mi amor y cariño al que fue mi primer amor y el que en definitiva no lo merecía.

Lagrimas comenzaron a caer y el detuvo su beso por completo.

-Lo… lo siento, yo no debí hacerlo- él se alejó rápidamente

-No es tu culpa, yo lo lamento por mostrarte este lado tan patético de mi- me limpie mis mejillas y camine un poco más cerca de el- No puedo darte una respuesta a tus sentimientos, pero aceptare con gusto la cita que me pediste.-El semblante de su rostro cambio a una sonrisa brillante.

-No es patético, no es para nada patético. Es tierno, dije que quería estar contigo y conocer cada cosa de ti y conocer esto me pone muy feliz.

-Toc Toc Toc, chicos tienen que bajar a comer ¿o los bajo a la mala?- Axel estaba parado en la puerta con un mandil de cocina, verlo de esa manera le quitaba toda el aura de poder que había visto momentos antes

-Ya vamos- respondimos al unísono y bajamos siguiendo a Axel

La comida que estaba frente a nosotros era un poco extraña, como decirlo era algo parecido a comida. No quería ser descortés pero no quería comer eso, se veía turbio y sospechoso, así que se me ocurrió una idea.

-¿No quieren salir? ¿Por qué no me muestran la ciudad?

-Ahora… primero tienen que comer- contesto Axel

-Axel, creo que ella tiene mucha energía y si eso lo dejamos para la cena- contesto Fernando apoyándome

Axel accedió y nosotros salimos a “conocer la ciudad”, había postergado el ingerir esa comida tan sospechosa pero no sería para siempre.

Recorrimos el parque y caminamos en silencio por un buen rato, no quería hablar acerca de lo que había pasado en la habitación y al parecer él tampoco quería hacerlo. La ciudad era pequeña y terminamos de recorrerla en casi 30 minutos, pasamos en frente del cine setentero y en la cartelera pude ver una película que me encantaba.

-¿Quieres ver una película?- pregunte sonriente esperando que estuviera de ánimos para verla.

-¿Película? Claro, solo hay un pequeño problema solo tengo para una sola entrada

La inadaptada, ENAMORADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora