Capítulo 29: La elección de Kyle

47.4K 3.1K 194
                                    

Nueve años de haber vivido una vida prácticamente normal habían sido completamente erradicados con los diez que pasé en el Instituto.

El término de mi niñez, el comienzo de mi adolescencia y casi el final de ella pasaron sin relevancia alguna. Había crecido teniendo en mente que mi único objetivo era asesinar o morir en el intento por lo que al ser sometida a una vida que me fue arrebatada fue algo completamente nuevo para mí.

El problema es que a veces una probada es suficiente para volverse adicta. Había costado su tiempo pero ya que Kaidan y Kyle eran mi única familia cercana –además de mi madre de la cual no sabía nada-, me dejé llevar por lo que no tuve. Quería probar lo que se sentía confiar en la familia y ahora me daba cuenta que quizás estar en ese Instituto, privada de emociones o sentimentalismos, no había sido la peor de las opciones. Solo te ahorraba sufrimiento.

Pero no había un botón de reversa. Si lo hubiese, lo hubiera utilizado para regresar al momento donde todos fuimos secuestrados para impedirlo... aunque no estaba segura de cómo hacerlo. Quizás ahora solo fuese suficiente para no haber confiado en mi hermano y haberme limitado al objetivo impuesto durante tanto tiempo.

Asesinar o ser asesinado.

Y era justo lo que pensaba mientras Kaidan mantenía el arma apuntando directamente a mi frente. Sin embargo, mi mente y mi cuerpo parecían desconectados porque aunque obligaba a mi cabeza a pensar en una forma de revertir la situación, simplemente no podía ejecutar ninguna de las ideas.

—¿Qué... demonios haces, Kaidan?

La voz de Kyle sonó rota. La sorpresa y decepción se reflejaban en su rostro. La manera en cómo sus puños se abrían y cerraban como una señal de impotencia. En mi caso, mi mente luchaba contra mi cuerpo pero estaba segura que en el caso de él, ninguno de los anteriores querría hacer algo para herir a su espejo humano.

—¿Sorprendido, hermano? —era la primera vez que escuchaba un tono diferente al dulce y comprensivo que siempre solía emplear— No tendrías por qué estarlo.

—¿Disculpa? —Esta vez su rostro comenzaba a cambiar a la ira, al igual que la voz— ¿Es mi culpa no haber sabido que eras un maldito traidor?

—Siempre te di pistas que no supiste leer —confesó mirándolo aunque sin dejar de apuntarme—. ¿En serio me crees tan estúpido como para haber hablado de este lugar sin tener segundas intenciones?

Al parecer todo el mundo iba un paso por delante de nosotros. Me sentía una completa estúpida por haber caminado directo a la boca del lobo, casi gustosa porque me devorara sin poner resistencia.

—No te reconozco —soltó el moreno. De los labios de Kaidan salió una carcajada cargada de sarcasmo.

—¿En serio? ¿Por qué? ¿Por qué no soy el bueno? Te tengo noticias, Kyle, somos más parecidos de lo que pensabas.

—¡La última vez que revisé yo no traicioné a mi propia familia! —casi gritó exasperado. A su gemelo parecía no afectarle ninguna de sus palabras.

—¿Te refieres a ella? —Me señaló con el arma que no dejaba de apuntar en mi dirección y se encogió de hombros— Ella misma lo dijo «no compartimos nada más que ADN. Nosotros no somos cercanos, nunca lo fuimos y tal vez tuvimos una oportunidad mientras éramos simples niños pero ahora ya no más»

Citó cada palabra como si las escupiera. Las mismas palabras que le había dicho la vez que perseguí al Holder y, por su causa, no había podido atraparlo. Las mismas palabras de las cuales me había arrepentido millones de veces cada vez que me sentía más cerca de los gemelos. Las mismas palabras que ahora veía que siempre fueron ciertas.

Peligro Infiltrado ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora