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Desconocer.

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Carl Grimes

Prepare mi sombrero encima de mi cabeza, observando cómo Judith dormía plácidamente en los brazos de Natasha en ese cómodo sofá en donde Abraham peleó por dormir en la noche anterior. Quien ganó esta pelea fue Natasha, ya que se levantó al amanecer a hacer un gran desayuno junto a Carol y ahora se encontraba tomando una siesta, acompañada de mi hermana. No había visto a papá, desde que se levantó decidió ir a revisar ciertas cosas en la comunidad y es que la mayoría de los adultos fueron buscados rápido para un trabajo. Sin embargo a Camila, Aliana y a mi, nos ofrecieron ir a una pequeña casa en donde daban clases, iríamos con otros adolescentes pero los tres cómodamente dijimos que no. Aunque ayer en la tarde, papá nos había presentado a Jessie Anderson, una de las residentes de Alexandria quien tenía dos hijos varones; solo uno de mi edad, y iría a conocerlo más tarde. Subí las escaleras hacia la segunda planta, ya que está casa en la que me estaba quedando, seria donde residiríamos, Michonne, papá, Judith y yo. Los demás aún estaban buscando dónde establecerse.

Maggie y Glenn habían optado cerca de nosotros, la casa quedaba dos más a la izquierda; pero estaban cerca. Con ellos residirían Natasha y Aliana, mientras que los demás aún estarían quedándose aquí en lo que Deanna veía en donde establecerlos. Las mochilas de todos estaban disparejas por varias partes de esta casa, así que me encontraba pisando ropa interior de mujeres y las camisas desgastadas de Daryl, además de que eran apestosas. Me dirigí a la habitación que sería mi habitación, dejando así mi sombrero encima de la cómoda cama que aún no había estrenado. Preferiría dejar mi sombrero aquí, al menos en el día de hoy mientras que decidía explorar la casa. Las puertas de abajo sonaron, así que supe que alguien estaba en la casa, decidí salir fuera de mi habitación para así caminar por el pasillo hasta poder bajar por las escaleras a la primera planta de la casa.

—¿Y los demás?—la voz de Aliana se dirigió a mi, mientras que ella llevaba una coleta alta, su pelo estaba recogido. Ella no portaba nada, ni siquiera una arma o una navaja, nos habían prohibido todo.

—No lo sé, crearon grupos con algunos residentes de la comunidad, están disparejos. Abraham iría con Rosita a buscar una casa, se establecerían con Eugene y Tara en ella.—le respondí yo a ella, a lo que asintió y fuimos ambos saliendo por la puerta de la casa, con cuidado para que Natasha no se despertara.

—La mayoría tiene trabajo, ¿que se supone que hagamos nosotros?—me pregunto ella, bajando las escalerillas del balcón, tocando el cemento de la calle. La observé.

—Noah, Glenn, Tara y Eugene trabajarán con Aiden, el hijo de Deanna y con Nicholas, fue el residente que nos abrió los portones. Se encargarán de traer suministros, mientras que Abraham y Rosita estarán encargados de hacer las vigilancias, disparejos, no tendrán los mismos horarios. Sasha también estará trabajando en esa área, aunque Deanna aún no está el cien por ciento segura.—dije, mientras que ella me escuchaba con atención mientras que caminábamos juntos por las calles de la comunidad.—Los demás aún no tienen algún tipo de trabajo, ni siquiera papá.—comente.

—¿Puedo hacerte una pregunta?—ella se detuvo, quedando frente a mi, mientras que sus ojos verdosos me observaban y podía ser testigo de cómo sus pecas se veían naturalmente en su limpio rostro.

—Creo que ya la estás haciendo.—hable, algo cortante y con timidez, creo que la timidez nunca se iría de mi. Ella sonrió, y bajo la cabeza. Mientras que espere su pregunta.

—Vamos, no seas tonto.—sonrió—¿Como es posible que pases más tiempo conmigo y no con Camila?—fue una buena pregunta y daba lo que fuera por tener las palabras adecuadas para contestarla, pero era yo, así que no sabía cómo responder a esa pregunta. Era difícil.

𝐄𝐒𝐏𝐄𝐑𝐀𝐍𝐙𝐀 ─𝐂𝐀𝐑𝐋 𝐆𝐑𝐈𝐌𝐄𝐒  ①Where stories live. Discover now