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Cerca de la guerra.

—¡Basta!—le grite a Arath quien me miraba desconcertada, yo me encontraba en el suelo agitada, ya cansada y con deseos de terminar otro entrenamiento que habíamos empezado.—Estoy cansada, llevamos aquí una hora, tengo hambre y quiero descansar.—sin casi poder respirar me levante del suelo en donde caí hasta rasparme mis manos, codos y incluso mis mahones los cuales en la parte de las rodillas se rasgaron hasta rasparme la piel.

—¿Así quieres crecer?—sacudí mis manos con cuidado ante ver un poco de sangre en las raspaduras recientes, evadí la pregunta confusa de Arath para esmerarme en tomar un sorbo de la botella de agua que Nathan me había dejado.—En cinco años serás una adulta, tú rostro cambiará, tu cuerpo y mentalidad cambiarán. Mientras mas estés en forma física, te ira mucho mejor. Nunca estarás atrás, siempre estar en guardia, serás inteligente y sé que algún día me lo vas agradecer pero si quieres vivir quejándote de este lugar, de cómo somos y lo qué hacemos, te arrepentirás de no habernos elegido cuando no sepas sobrevivir.—bebía de la botella mientras escuchaba las palabras de Arath, era de noche... desperdiciaba mi día aquí con ella.

—Este no es mi hogar y nunca lo será, enséñame todo lo que quieras pero estaré siempre en tu lado contrario y enemigo.—dije entre dientes tiranos la botella de agua la cual estaba vacía ante lo sedienta que estaba.—Si quieres entréname cada día, dejare de quejarme. Esto valdrá la pena, sabré como matarte con mis propias manos.—le dije a ella en el momento en que me acerqué, observando su sonrisa llena de burla en su rostro.

—Eres débil, tus emociones te perjudican a la hora de matar a alguien, te temblarían las manos puedo verlo en tus ojos, en tu forma de actuar y pensar, aún eres una niña.—me hablo ella, estábamos a centímetros pero no dejaría que su intimidación me perjudicará.

—He matado gente, muchos de tus amigos están muerto, derrame sus sangres a causa de mis armas; sin temor o piedad.—me defendí de su comentario anterior, Arath tan solo río en un tono alto, se dio la vuelta y dio pasos cortos.

—Te vi arrodillada aquella noche, llena de miedo, temblabas porque tu hermana moriría, llorabas y no era por los escalofríos. Te retumbabas cuando viste a tus amigos morir, su sangre en tu camisa, estabas en shock; eres débil aún y nunca tendrás la dureza de cometer ese acto contra nosotros, todos caerán en nuestras manos. Sus sangres serán derramadas por nosotros, empezamos por tu hermana y acabaremos contigo.—ante su respuesta, mi nudillo se había cerrado, desplazándose en su mejilla y observando cómo ella entre risas acarició su mejilla con su mano.

—No hables de mi hermana porque voy a matarte justo aquí.—la amenace pero ella entre risas y risas se encogió de hombros.

—Tú hermana fue débil, y tú eres igual que ella... de ustedes, solo Nathan es quien vivirá bajo su inteligencia y fuerza. No me extraña porque quería matar a sus propias hermanas, son una debilidad.—ante esas palabras, no pude procesar esa información que ella me cedió bajo su arrogancia. No tarde en darle un fuerte empujón, tan fuerte que sus pies tambalearon y cayó al suelo, tuve la ventaja de treparme encima de ella, golpeando su rostro y jalando su cabello.—¿Vas a matarme Aliana?—me pregunto mientras observe sus labios llenarse de sangre.

—¡Rétame hija de puta, habla de mi hermana vez más y lanza falsas acusaciones y te mato, te mato!—le grite, apretando su cuello, viendo cómo ella buscaba aire.

—¿Por qué crees que aún estás aquí?—Arath no podía hablar bien ante la falta de aire pero podía entenderla, podía entender lo que decía.—Nathan quiere matarte, igual que hizo con tu hermana, está enfermo y va a matarte tarde o temprano, por eso no te deja ir... no lo... no lo hará.—apreté su cuello con más fuerza, llena de rabia ante lo que decía.

𝐄𝐒𝐏𝐄𝐑𝐀𝐍𝐙𝐀 ─𝐂𝐀𝐑𝐋 𝐆𝐑𝐈𝐌𝐄𝐒  ①Where stories live. Discover now