¡Al fin!

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Los hermanos y el ratón respiraron agitadamente, apenas manteniéndose en pie. Estaban cansados y adoloridos, moviéndose con pesadez para esquivar otro golpe del ser de piel de papel. Él gruño, empujándolos con fuerza y enviándolos para atrás, haciéndolos caer de espaldas.

-Auch...- Mug se sentó lentamente, temblando de cansancio. -Me duele...todo- lloriqueo ligeramente.

-Necesitamos vacaciones...- gruño Cup haciendo una mueca y sin moverse.

-No aguantaremos mucho- Mickey se sentó, gimiendo ligeramente al sentir dolor ante el movimiento.

-No deben aguantar mucho...- se estremecieron al ver a aquel ser acercarse a paso lento. -...esto terminara...- se detuvo al estar a cuatro pasos de ellos, levantando en brazo y cerrando el puño. -...¡ahora!- antes de poder moverse, un grito le llamo la atención. Se volteo, gruñendo al ver a alguien familiar no muy lejos.

-¡HEY TONTO!- Ink agito los brazos en el aire. -No sé si es tonto o son tontos pero da igual- sonrío ligeramente.

-Maldita coneja...- gruño con molestia, dando un paso hacia ella.

-Vengan por mi~- rio a carcajadas. Él corrió hacia ella pero antes de poder tocarla, la coneja saltó y se mantuvo en el aire con sus orejas. -¡Ahora!- el piso bajo los pies de la criatura tembló, unas raíces verdes con espinas rompieron la tierra y se lanzaron a agarrar sus extremidades.

-¡¿Qué es esto?!- lucho contra esas cosas, gruñendo. Las raíces espinosas rodearon sus brazos y piernas, subiendo y enredándose por completo en su cuerpo, impidiéndole moverse. -¡Suéltenos, ahora!- miro con enojo a la coneja, quien aterrizo suavemente y con una gran sonrisa.

-Mmmm, déjame pensar- fingió pensarlo, para después sonreír con diversión. -Nha~-miro hacia un lado, riendo. -¡Gracias Cagney!- el mencionado salió de la tierra.

-Un placer~- sonrío con diversión y un toque de maldad.

-¡Ink!- Mug, su hermano y el ratón corriendo hacia ella, el primero lanzándose a abrazarla. -¡Volviste~!- la apretó ligeramente y con una gran sonrisa.

-¡Claro que si!- rio, devolviéndole el gesto. -¿Dudaron de mi?- les sonrío en cuanto su amiga la soltó.

-Nunca- negó Mickey, sonriendo.

-Buena idea por cierto- Cup señalo hacia la gran flor con diversión.

-Gracias~- hizo una reverencia.

-Ahora solo queda una cosa- el ratón miro al ser con curiosidad. 

-¿Qué haremos?- pregunto el menor con curiosidad.

-¡Suéltennos!- se retorció pero no podía escapar.

-Última oportunidad, cariño...- Ink se llevo las manos a la cintura, bajando las orejas. -...o vuelves a esa habitación prohibida de Disney...-

-...o te destruimos justo aquí~-el hermano mayor sonrío con maldad.

-¡Yo no...!- jadeo con los ojos bien abiertos, una raíz saliendo de su pecho de golpe...con el corazón enredado.

-¡Cagney!- la coneja miro a la flor con sorpresa.

-¿Qué?- los miro de reojo pero con una sonrisa divertida. -Se tardaban demasiado en decidir~- el cuerpo de piel de papel de deterioro, cayendo a pedazos al suelo.

-¡Dame eso!- Ink le arrebato el corazón, mirándolo fijamente. Frunció el ceño, el dolor en su pecho empezando a crecer lentamente al mismo tiempo que apretaba sus agarre alrededor del corazón negro, sin cambiar su expresión al ver una grieta aparecer.

-¡Oye!- se sobresalto y miro a Cup, quien tenia el ceño fruncido y los brazos cruzados. -Fue el primero en pedir romper esa cosa-

-Oh...cierto- parpadeo, para después sonreír. -Diviértete~- se lo lanzo.

-Con mucho gusto~- lo atrapo con facilidad, sonriendo con maldad y apretándolo con ambas manos hasta romperlo, dejando caer los trozos al suelo. -¿Me haces el favor Mickey?- lo miro de reojo.

-Muy bien~- asintió y apunto con su pincel, disparando un chorro de disolvente hacia los pedazos y en cuanto estos se derritieron, todo a su alrededor empezó a cambiar: el cielo volvió a ser celeste y con un brillante sol ahí. Podían ver que los puentes volvían a aparecer, los suelos de las demás islas volviendo a ser verdes y los arboles habían vuelto a la normalidad. Incluso el gran Casino estaba reconstruido y en perfecto estado, como si nada hubiera pasado.

-¡Esto es increíble~!- Mug sonrío con emoción, riendo.

-Aun debemos sacar a todos de las celdas...- Cagney les llamo la atención.

-...también debemos soltar a Bendy, Oswald y Félix- sonrío el ratón.

-Mickey y yo iremos a liberarlos- sonrío ella con diversión.

-Nosotros buscaremos al demonio- asintió Cup.

-¡Y muchas pociones de "Vida extra" para todos!- rio Mug. Asintieron con grandes sonrisas, separándose.

... ... ... ...

Ink sonrío con diversión, viendo como los hermanos abrazaban a su abuelo entre risas; como todos los toons antes encerrados terminaban de tomar la poción; como Mickey corría hacia su hermano mientras gritaba "¡Ozzy!" y se lanzaba a abrazarlo con fuerza, siendo correspondido rapidamente.

-¿Ink?- sintió una mano en su hombro. Se volteo, sonriendo enormemente.

-¡Félix!- se lanzo a abrazarlo. Ella había liberado a los encerrados en las celdas, así que no había podido ver a ninguno de sus amigos de vuelta a la normalidad. -¡Qué alegría que estés bien!-

-Gracias- rio, devolviéndole el gesto con fuerza. -Es bueno volver a la normalidad- se separo de ella, dándole una gran sonrisa.

-¿Hay abrazos para mi~?- se voltearon, viendo como Bendy se acercaba a ellos con tranquilidad y una gran sonrisa.

-¡Bendy!- se lanzaron a abrazarlo con fuerza, riéndose ligeramente.

-¡Chicos!- Mickey corrió hacia ellos, arrastrando a su hermano con él. Abrió los brazos, uniéndose al abrazo y prácticamente obligando al conejo a unirse, sacándole un risa.

-Por fin estamos juntos de nuevo- rio la coneja con una gran sonrisa.

-¡Faltamos nosotros~!- Mug y Cup corrieron hacia ellos, el primero prácticamente abalanzándose para unirse. Se separaron entre risas.

-¡Copita!- el demonio rodeo el cuello del mencionado con sus brazos, dándole una gran sonrisa y moviendo ligeramente la cola. -¿Me extrañaste~?-

-Piensa lo que quieras- rodó los ojos pero sonrío, apoyando su mano en la espalda ajena.

-¡Vamos!- sonrío el de pantalón azul -King Dice va a preparar comida para todos-

-¡Comida!- rieron, empezando a caminar pero deteniéndose al ver que la coneja se quedaba quieta.

-¿Vienes?- pregunto Oswald, mirándola con una ceja arqueada.

-Adelántense, iré en un momento- les sonrío enormemente, suspirando de alivio cuando ellos asintieron y se alejaron. Se llevo ambas manos al pecho, haciendo una mueca al sentir el dolor ahí crecer cada vez más. Camino a paso lento hasta en pequeño carro donde el cerdo vendedor estaba, llamando su atención.

-¿Qué puedo hacer por ti?- la miro con curiosidad.

-Yo...- trago en seco, nerviosa. -¿Ya no tiene pociones de "Vida extra"?-

-Me temo que no- negó. -Me he quedado sin, debo viajar para conseguir los ingredientes para hacerla- le sonrío ligeramente. -Avisare a los hermanos cuando tenga más si quieres-

-Gracias- le sonrío ligeramente y se dio media vuelta, haciendo una mueca de tristeza mientras se alejaba. Soltó un suspiro tembloroso, un ligero "Crack" pudo escuchar venir de su pecho, seguido rapidamente de un punzante dolor. Suspiro y puso su mejor sonrisa en su rostro, empezando a caminar para ir a donde estaban sus amigos. Luego vería que hacer.

Corazón negroWhere stories live. Discover now