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Esto va a ser más corto de lo que pensaba XD

-Ufff...creo que lo perdimos- suspiro Ink, deteniéndose después de correr por un tiempo.

-Eso parece- asintió Mickey, sin escuchar gruñidos o pasos acercarse.

-¿En donde estamos?- Mug miro a su alrededor pero todo parecía igual de negro y deprimente que en el principio.

-Ni la más mínima idea- negó Cup. Escucharon un murmullo, volteándose pero sin encontrar el origen. Todos jadearon al sentir que los agarraban de atrás, arrastrándolos hacia la oscuridad con fuerza. Fueron rápidos en soltarse, preparándose para atacar e intentando mirar más allá de la oscuridad.

-¿Quien esta ahí?- gruño el mayor de los hermanos, la punta de su dedo brillando con fuerza.

-Un familiar- las luces se prendieron, dejando ver a una vieja tetera con bastón y una suave sonrisa.

-¡Abuelo!- los hermanos no tardaron en sonreír, corriendo hacia el mayor y abrazándolo con fuerza. -¡Estás bien!- Elder Kettle sonrío con cariño, acariciando las espaldas de sus nietos.

-¿Pero qué...?- Ink hizo desaparecer su martillo, enarcando una ceja. -¿Djimmi?- reconoció al genio sentado en el aire de piernas cruzadas.

-¡Oh, el pequeño ratón aventurero!- Djimmi sonrío.

-Aunque...ahora eres más grande que la última vez que te vi- Sally se acerco, saliendo de un pasillo oscuro con una gran sonrisa.

-Hola~- rio Mickey. -Eso es...una larga historia-

-¡Pequeña coneja~!- ella soltó una pequeño grito, sintiendo como la alzaban de la nada.

-¡Blind!- sonrío al reconocer al fantasma con ojos flotantes a los lados. Lo abrazo con fuerza, soltándolo apenas sintió los pies de nuevo en la tierra. -¿Qué fue lo que paso?- la coneja frunció el ceño, notando que ambos personajes tenían las ropas algo sucias y rotas.

-Un rarito de ojos rojos y sus secuaces apareció...- Baroness también se acerco, cruzándose de brazos y frunciendo el ceño. -...empezó a gritar locuras al aire y cuando menos nos dimos cuenta, todo el lugar se volvió negro y tenebroso-

-¿Y los demás?- Cup preguntó, quedándose parado al lado de mayor.

-Él los encerró- murmuro Blind.

-¿Y este lugar?- Mug enarco una ceja, curioso.

-Es de Devil, es una vieja guarida subterránea que ese ser oscuro no pudo encontrar- hablo la vieja tetera. -Él también esta aquí pero se niega a salir de su encierro que llama oficina-

-¡Ustedes nos salvaron una vez, pueden hacerlo de nuevo!- habló Sally con una gran sonrisa, prendiéndose hacia los hermanos. -Tienen una idea para solucionar todo esto, ¿cierto?-

-Pues...- ambos se removieron, nerviosos.

-Aquí el punto es ese corazón, es la fuente de todo este desastre- murmuro el ratón pensativo.

-¡Eso es!- la coneja sonrío. -¡Solo debemos encontrar ese vil corazón, sacarlo de donde quiera estar y derretirlo con el disolvente de  tu pincel!- rio. -Pan comido~-

-En realidad...hay un problema- Mickey hizo una mueca.

-Dime, por todo lo que quieras, que no se te cayo el pincel- murmuro Cup con mala cara.

-No te lo diré entonces- desvió la vista, nervioso.

-¡¿Qué?!- el más famoso de Disney se encogió ante el grito de sus amigos.

-¡¿Cómo se te pudo caer?!- gruño el de pantalón rojo.

-¡¿En que momento?!- grito el de pantalón azul.

-¡Se me cayo cuando estábamos corriendo, lo siento!- chillo el pobre ratón, escondiéndose tras Djimmi rápidamente.

-Tranquilos mis amigos- sonrío el genio

-Si, ponerse así no les ayudara- Blind los agarro a ambos, evitando que corrieran hacia Mickey.

-Oigan tontos...- Baroness llamo la atención, logrando que la miraran. -..¿ella esta bien?- señalo hacia Ink, quien estaba tiesa y les daba la espalda.

-¿Ink?- Mickey fue el primero en acercarse, parándose a su lado y notando como el ojo verde de la coneja brillaba con fuerza. Blind bajo lentamente a los hermanos, soltándolos.

-Algo brilla...- murmuro casi ida, empezando a caminar a paso lento. Los tres toons se miraron entre ellos, suspirando.

-Nos tenemos que ir- Cup miro a su abuelo y a los demás, mientras que Mickey se despedía con un ademán y se apresuraba a seguir a su amiga. -Quédense aquí y no salgan-

-Resolveremos esto lo más pronto posible- sonrío Mug.

-Cuídense mucho- hablo Elder Kettle con preocupación pero con una ligera sonrisa.

-Lo haremos- ambos asintieron, corriendo para alcanzar a la coneja y al ratón.

-¡Buena suerte!- gritaron, viendo como ellos salían del lugar.

Corazón negroWhere stories live. Discover now