¡¿Eres...?!

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Hello~

Corrieron lo más rápido que podían, sonriendo al ver el edificio pero deteniéndose en seco al ver criaturas negras con apariencias muy familiares en frente, enarcando una ceja al verlos moverse de manera...extraña.

-¿Qué les pasa?- Cup frunció el ceño. La criaturas gruñían, agarrándose la cabeza mientras caían de rodillas y luego se dejaban caer por completo, quedando inertes.

-Se...deshacen- habló Mug, viendo como los que estaban tirados en el suelo se volvían lentamente charcos de tinta.

-Debe ser creaciones de Bendy- murmuro Ink, pensativa. -Él debe estar usando todas sus fuerzas para salir de esa cosa en la que lo encerramos-

-Un problema menos...- gruño el de rojo, corriendo hacia dentro del lugar y escuchan que lo seguían rápidamente. Siguió de largo por un pasillo, doblando en una esquina y deteniéndose cerca de una puerta, asomándose ligeramente.

-...solo nos quedan ellos- murmuro el de azul, asomándose de igual manera y viendo a las monstruosas versiones de sus amigos rondar por la habitación. Ink se asomo, entrecerrando los ojos y recorriendo recorriendo la habitación con la mirada hasta notar al ratón e el fondo, tirado en el piso de costado y sin moverse.

-¿Quién de los dos tiene buena puntería?- pregunto ella de la nada, mirándolos con de brazos cruzados.

-Cuphead- el menor fue rápido en señalar a su hermano, quien rodó los ojos.

-¿Qué planeas exactamente?- la miro con curiosidad, enarcando una ceja.

-Tú los encerraras...- Ink metió la mano en su bolsillo, sacando una pequeña esfera transparente y tirándola, sonriendo al ver que él la agarro sin problemas. -...yo seré carnada-

-¿Estás segura?- Mug la miro con preocupación. -Yo puedo distraerlos para...-

-Lo haré yo, no te preocupes- le sonrío. -Son rápida y mi martillo les hará menos daño que sus disparos- miro al mayor. -Avísame cuando estés por lanzar esa cosa para salir del camino- sin esperar respuesta, entro a la gran habitación a paso lento y rio, frunciendo los labios y dejando escapar un fuerte silbido, el cual resonó por el lugar. -¡Hey!- las criaturas de voltearon a verla, gruñendo. -¡Vengan a por mi!- les hizo una seña con la mano, preparándose al verlos correr en cuatro patas. Se hizo a un lado, esquivándolos apenas, empezando a correr hacia una de las paredes. Miro de reojo hacia atrás, sonriendo al ver que la seguían. -Espero que esto funcione- pensó al ver que se acercaba cada vez más a la pared. Saltó lo más alto que pudo, apoyando los pies contra la pared y dándose un impulso, haciendo una voltereta y pasando sobre las criaturas, las cuales chocaron contra la pared al no poder detenerse. La coneja aterrizo perfectamente, sonriendo al ver que las versiones monstruosas de sus amigos estaban apoyando contra la pared con ojos en espiral. Estaban algo aturdidos.

-¡Ink!- ella se hizo a un lado, justo para ver a la pequeña esfera chocar contra las criaturas, dejándolas encerradas.

-¿Estarán bien?- pregunto Mug mientras se acercaba, viendo a sus amigos con preocupación.

-En cuanto destruyamos ese corazón, eso creo- suspiro Ink, volteándose al escuchar un tos y enarcando una ceja al ver a Cup arrodillado al lado del ratón, ayudándolo en esos momentos a sentarse.

-¡Que asco!- Mickey hizo una mueca, tosiendo. -¡Es muy...horrible!- Ink rio, acercándose junto a Mug.

-Te entiendo mi amigo~- el ratón se volteo a ver a la coneja.

-Agh...- se estremeció, sacando la lengua con asco.

-¿Estás bien?- el menor le extendió la mano, ayudando al ratón a levantarse junto a su hermano.

-Si, yo...- se llevo la mano a la cabeza, abriendo grande los ojos al recordar algo. -¡Esperen un momento!- miro a su alrededor, para después mirar a la coneja y a los hermanos. -¿Donde estamos?-

-En el Casino del diablo...- ella hizo una mueca. -...o lo que queda de él-

-Estuviste aquí por un tiempo...- Mug le sonrío ligeramente.

-...hasta que logramos encerrarlos y llegar hasta ti- Cup apunto hacia la gran esfera transparente que encerraba a sus amigos.

-Oh...- Mickey se rasco ligeramente la nuca. -¿Y donde esta el corazón?-

-Justo aquí~- se tensaron, volteándose lentamente y tragando en seco al ver una figura parada en la oscuridad, justo bajo el marco de la única puerta del lugar. El nuevo integrante dio unos pasos al frente, dejándose ver: parecía que le sacaba una o dos cabezas de altura, con una figura algo humanizando pero sin detalles faciales o cabello, con la piel parecido a papel viejo y algo arrugado, casi parecía que tenia escrito millones de palabras que eran imposibles de leer con ojos rojos brillantes y una linea fina bajo ellos que parecía ser la boca. -Sabíamos que no podrían resistirse a venir hasta aquí a rescatar a su amigos- sonrío, mostrando unos filosos dientes blancos.

-¿Qué es...?- retrocedieron unos pasos, sin creer lo que tenían en frente.

-¿Les gusta?- alzo la mano con desinterés, tenia cinco dedos largos. -Costo mucho hacerlo pero todos los personajes de este inmundo mundo lo hicieron posible- rio ligeramente, causándoles a los presentes un escalofrió.

-¡Vas a pagar por todo esto!- gruño Cup, alzando la mano y con la punta de sus dedos brillando con fuerza.

-No, no- negó el otro. -Pueden irse si quieres, llevarse a todos esos tontos de las celdas e incluso llevarse a sus amigos, ya no nos sirven...- entrecerró los ojos. -...solo lo necesitamos...- sonrío con maldad, alzando la mano lentamente. -...a él- apunto hacia el ratón, quien se tenso e hizo una mueca de terror.

-¡¿YO?!- se apunto a si mismo. -¡¿Por qué?!- Mickey podía sentir el pánico intentando apoderarse de su cuerpo.

-Para poder cruzar de vuelta a ese lugar lleno de colores...- gruño, frunciendo el ceño. -...y hacer pagar a todos esos tontos que osaron cambiarnos-

-¿Al mundo de Mickey?- Ink frunció el ceño, pensativa. -¿En contra de los humanos?- al ver a aquel ser sonreír en su dirección, le dio una respuesta afirmativa. -Piel de papel...escrita...arrugada...en contra de los humanos...- bajo la vista por un momentos, volviéndola a levantar para verlo con gran asombro. -Tú eres...no...- negó, mirándolo fijamente. -Ustedes son...ideas, ¿no?- bajo las orejas.-Las ideas originales-

-Ding, Ding, Ding- él sonrío. -Un premio para la coneja- esta vez, su voz sonaba como si fuera la mezcla de muchas voces hablando al mismo tiempo. Sonrío enormemente, mostrando sus filoso dientes y riéndose ligeramente al verlos temblar.

Corazón negroWhere stories live. Discover now