-¡Amber!-escuche unos gritos, me di la vuelta tapando mis orejas con la almohada-¡Amber!
Nuevamente gritaban mi nombre, gruñí de una mala manera y sentí como me quitaban mi sabana, la cual me cubría. El frio invadió mi cuerpo y abrí mis ojos.
-¡Hasta que te levantas!-exclama Niall con una escoba en mano y una bandanas como usaba Harry comúnmente en la cabeza.
Fruncí el ceño ¿Por qué estaba vestido así?
-¿Qué sucede?-digo con una voz ronca, el niega con la cabeza.
-¿Cómo que sucede? Debes de levantarte-empezó a enumerar con sus dedos- Bañarte, desayunar y luego ir al trabajo-termina de enumerar y me mira- ¿Ahora ya vas a mover tu bendito trasero y dejarme arreglar nuestra cama por un rato?-se quejó como una señora, una criada de la casa.
Esto es épico.
Sin decir nada más me levanto de la cama viendo como Niall empieza a limpiar con la escoba el piso mientras murmurabas cosas, luego se acerca a la ventana y la abre.
-¡Por fin entra aire en esta habitación! Olerá a Jazmines-trato de no soltar una risita a su forma medio afeminada de hablar, el me mira ceñudo- ¿Qué haces allí? Al baño, ahora-con su escoba empezó a llevarme hacia el baño.
Al llegar en esta suelto una carcajada, mi novio estaba loco.
Empiezo a desnudarme para luego pasar a la ducha donde empecé a relajarme. Este día sería algo agotador como todos los lunes. Aunque este fin de semana me la pase de maravilla junto a Erika y Niall, nunca pensé que la presencia de Niall sería tan encantadora como para pasar un fin de semana de maravilla. Como desde un principio me lo imagine nosotros nos vamos de picnics, el suele contar chistes y cantamos con su guitarra, su presencia ilumina los días de mi vida.
Erika y Niall son como mis dos focos de luminosidad, con sus risas, sonrisas y voces hacen mí día a día mejor.
Al terminar de ducharme salgo del baño y me encuentro con una habitación impecable, y para mi sorpresa mi uniforme de trabajo en la capa, tendida y bien planchada.
Me mordí mi labio inferior, este Niall es un sol.
Salí de mi pieza bien vestida, con mi cabello ya peinado.
En mi olfato se inundaron el olor a comida, olía de maravilla que hizo que mi estómago rugiera.
Llegue a la cocina y me encuentro con una Erika y un Niall discutiendo.
-Pero no papi ¡No me comeré verduras en el desayuno!-exclama ella, Niall aun con la bandana rueda los ojos.
-Claro que si pequeña además solo es espinaca ¿Tanto daño te hará? ¿O no quieres ser como Popeye? –Erika arruga la nariz.
-¿Y ese quién es?-Niall le mira indignado.
-¿Cómo que no lo sabes? ¿A caso nos ves el dibujito ese en la tele?
-Nop, yo solo veo Doctora juguetes, Manny a la obra, Oso agente especial y princesita Sofía.- Niall niega con la cabeza.
-¿Qué demonios son esos dibujos? No, nadie le sobrepasa a Bob el constructor o los teletubies, quizás también bananas en pijamas-Erika cruza los brazos.
-El punto aquí es que no quiero verduras, quiero mis panqueques. –ella hace un mohín y Niall respira resignado.
-Ok, comerás tus panqueques-Erika sonríe y se sienta en su silla para comer.
Niall le sirve la comida mientras yo me siento en la mesa para desayunar, Niall sonríe.
-¡Hasta que te levantas! Eres una dormilona-besa con delicadeza mi mejilla haciendo sonarlo algo sonoro, hago una media sonrisa.
