Abro lentamente los ojos, con mi mano tanteo en busca de alguien a mi lado. Miro hacia la derecha y no me encuentro con nadie.
¿Dónde se encontraba Niall?
Me salgo de mi cama y me encamino por el corredor, me voy a la pieza de Erika y ella estaba aún durmiendo. Llego a la cocina pero tampoco no había nada.
Esto era algo raro.
Miro hacia afuera pero el auto estaba, el mío y el de Niall.
¿Dónde podía irse? Sin su coche creo que sería imposible que vaya a algún lugar. Miro la alacena y busco un poco de café para mi desayuno.
No había café.
Pero si hace poco fui al supermercado. Abro mi heladera y no había nada comestible, solo cosas para la cena o almuerzo.
Miro en el lava platos y no había tres platos, esto cada vez se volvía raro.
Pero recuerdo que teníamos un jardín, el cual nunca usábamos.
Camine por el pasillo que me llevaba al patio y me topo con un camino de pétalos de rosas rojas, me guio con el camino hasta abrir la puerta que me conducía al jardín. El olor de comida inundo mis fosas nasales.
Miro hacia mi frente y me topo una mesa con platos servidos, silla para tres y el camino de rosas aún seguía hasta allí. Había unas velas en la mesa ya que el sol aún estaba por salir.
Llego en ese lugar, y por debajo de unos de los platos encuentro una nota:
“Sorpresa, desayuno para nosotros”
Alzo mi vista y me encuentro con unos ojos azules mirándome con dulzura, me sonríe y lentamente se acerca a mí. Me agarra de la cintura y besa lentamente mis labios, cierro los ojos para disfrutar el sabor de menta en su boca, el acaricia mi espalda mientras yo reposo mis manos en su nuca.
Lentamente nos separamos de nuestros labios.
-Tu aliento apesta-dice Niall divertido, suelto una risita.
-Oh Horan, que poético eres-el ríe un poco.
-Lo se Ambs. Ven, a desayunar.
El estira la silla por mí para que me siente, al hacer esto el trae una tetera y vierte el líquido en una taza la cual tenía de decoración dibujos de flores. Que recuerde yo no tenía una taza así.
-¿Dónde conseguiste la taza?-el sonríe, deja de servirme el café con leche y me mira.
-Compre nuevas tazas, este día debe ser especial-pongo los ojos en blanco.
-No hacía falta Niall, no debiste comprar nuevas tazas-el me mira divertido.
-Oh Ambs, solo son una colección de taza. No hace nada al bolsillo-suspiro.
-Ok, pero que sea la última vez-el asiente.
Él me acerca a mí un plato de tostada, mermelada de frutilla y unas crepes con nutella, le sonrío.
-¿Hiciste todo esto? –el asiente sonriente.
-Sí, me tuve que despertar con cuidado. No quería despertar a Erika.
-Por eso hay tres platos ¿Verdad?-el asiente.
-Sí, porque sé que en cualquier minuto despertaría-reímos.
-¿Te costó prender estas velas?-el niega con la cabeza.
-No ¿Seguirás preguntando?-suelto una ligera risa.
