Todo tiene un precio

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Nos dirigimos hacia el otro extremo de la caverna. Con su afilada mano libre presionó delicadamente una roca suelta, haciendo que un gran pasillo con escaleras se abriera ante nosotros.

-Qué original...-comenté sarcástica, riendo bajito. Al ver sus colmillos extendidos a modo de advertencia cesé con mi risa, agachando la cabeza. A tientas iluminados con la escasa luz de la antorcha nos andentramos en la montaña, hasta llegar a una especie de habitación amplia. Frascos con animales, líquidos, muchos de los cuales eran rojos. "es un vampiro lista será sangre no cree?" dijo mi molesta mente otra vez... Vale sí, aveces era cortita...

Además, las estanterías vencidas estaban llenas de libros con extraños símbolos y runas, captando mi atención. Pasé mi dedo sobre sus dorsos suaves y aterciopelados embriagándome de su dulce pero viejo olos, hasta detenerme en uno en especial. Tenía un lapislázuli en el centro y ponía con letras curvas y gastadas: "Precious stones and other magical elements" (Piedas preciosas y otros elementeos mágicos.)

-Vaya vaya... veo que tu naturaleza es muy fuerte.-dijo, con su voz rasgada a centímetros de mi cuello. En una reacción involuntaria tomé un abrecartas que había cerca colocándoselo en el cuello mientras mi espalda rozaba la estantería- Tranquila pequeña... veo que también tu desconfianza en impetuosa en tu forma de ser eh?-dijo mientras me sonreía tratando de calmarme, meintras quitaba de mi mano el objeto plateado, dirigiéndose a la mesa de roble que había en el centro. Solté despacio el aire mientras lo miraba curiosa.

-Estoy acostumbrada a desconfiar... cuanto más afecto le tengas a alguien es un pase para que te destruya por dentro.-dije, recitando la frase que años atrás con tanto esfuerzo me costó aprender, para mi propia supervivencia. Su cabeza se alzó escrutándome con su mirada profunda y noté como un flujo suave se introducía en mi mente. "no lo dejes que entre en tí" Mis alarmas se pusieron alerta emanando un az de energía que hizo que él se levantara.

-Veo que sabes controlar parte de tu poder en casos de emergencia. Ten este libro y por favor, créeme cuando te digo que puedes confiar en mí-dijo, con un gesto apenado en su rostro. Yo asentí emocionada. Se levantó y tomó el libro que minutos antes me había cautivado. Me lo tendió y con manos temblorosas, lo recogí. Su cubierta tenía un tacto suave a terciopelo. Sus tonos azules plateados vibravan con la luz de las velas de aquel peculiar lugar. En el centro la piedra parecía mirarme y una descarga cruzó mis dedos, haciendo que sin querer diera un brinco.

-Te a elegido y ahora eres su dueña. Estos libros podría decirse que tienen vida propia. Ahora solo tú y aquellos a quienes se lo permitas podrán leerlo....-dijo, rodeando mis nerviosas y sudadas manos con las sullas, frescas y cálidas a la vez.- Ven, te predeciré tu futuro. Este es mi don sabes? A través de las cartas....

-.... me leerás mi fortuna y luego me cobrarás caro no? Ya me han intentado engañar muchas falsas...

-Silencio!!!!-dijo, mostrando sus colmillos. Tan pronto como lo dijo las velas titilaron hasta casi apagarse y cuando contrajo la mandíbula creí morir. Automáticamente se relajó y todo volvió a la normalidad- QUe sea leal y quiera ayudarte no significa que tolere que cuestionen mi poder niña... y ahora... extiende tus manos.

Acepté sin rechistar. Una vez las extendí pude hacer comparaciones. Su tez era más tersa y brillante, encambio mis manos cortadas y un poco descuidadas hicieron que agachara la cabeza.

-Ummm que veo aquí... Hace poco has tomado sangre inmortal... vaya claro a eso se debe tus pequeños cambios...-dijo. Levanté de golpe mi cabeza, mirándolo aturdida. ¿Yo? ¿Sangre... inmortal? oh.. todo cuadraba... "Habías perdido mucha sangre..." "Estas muy pálida Nash" "Nash tengo que decirte algo..." Todo encajaba. Me dieron a beber. Sangre. Pero... de quien?¿Del moreno?¿O del rubio?Tendría que averiguarlo.

Bailar... Amar....Donde viven las historias. Descúbrelo ahora