Capítulo 7.2 - Vampiro

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Los siguientes dos días Hyun estuvo más ausente. Saeng no sabía si lo evitaba a propósito o si en verdad tenía cosas por hacer. Lo veía serio, yendo de aquí para allá sin descanso, solo pasaban tiempo juntos durante la comida o la cena, y justo en esa noche, Hyun volvió a sacar el tema de los vampiros a la mesa.

—¿Te han atacado últimamente? —preguntó en seco.

—¿Atacado?

—Sí. Ambos sabemos que fuiste atacado por un vampiro, lo que no conocemos son su identidad y sus intenciones. Por eso pregunto si en estos dos días que no he estado contigo has sufrido algún ataque.

—Nadie ha aparecido desde que vivo contigo —Saeng quería pensar que si Hyun se percataba de que estaba a salvo a su lado, desistiría de su idea de irse.

—Eso es bueno —su rostro lucía un poco más tranquilo —, porque solo nos queda esta semana —Saeng dejó de comer en ese instante y cambió su mirar inocente por un semblante frío —. Tal parece que tu atacante no puede rastrearte aquí, lo que indica que estarás a salvo si sigues viviendo en esta mansión. Te proporcionaré comida y sirvientes, y por supuesto te dejaré el dinero para que lo manejes a tu voluntad.

Saeng aventó su plato de comida del coraje y se levantó de la silla.

—No quiero tu lástima —dijo indignado —. Cuando te vayas, volveré a mi vida normal, seguiré viviendo en la misma casa y utilizaré mis antiguas ropas.

—¿Acaso eres tonto?

—Descuida, una vez que te hayas ido te olvidarás de mí. ¡Me las arreglaré por mi cuenta, tal y como lo he hecho todos estos años!

El joven terminó la discusión y se retiró a sus aposentos. Hyun estaba hundido en la tristeza, y a pesar de eso no podía llorar. Los vampiros de su clase se caracterizaban por tener cerrados los lagrimales, y debido a eso, habían sido catalogados como seres sin sentimientos. Pero Hyun sabía que eso estaba lejos de ser verdad; las sensaciones como los sentimientos, eran intensificados a su máxima potencia una vez que eras vampiro, controlar la ira o el enojo era verdaderamente un logro, y en su caso lo era mucho más. Su carácter explosivo se debía en parte a esta condición; el creador había diseñado a su primogénito para que no mostrara debilidad ante nadie, y eso significaba no llorar. Cuando un vampiro sentía esa tristeza, el terrible dolor de sus lagrimales les recordaba su condición: era mil veces preferible reprimir esa tristeza que experimentar ese terrible calvario. Young Saeng era muy débil, lloraba por todo, y lo que Hyun menos quería era que su pequeño ángel sintiera ese inimaginable tormento.

Pasados unos minutos, Hyun subió a la habitación y encontró a Saeng, aparentemente dormido. Se acercó a él para arroparlo y entonces descubrió que había llorado.

—Perdóname — decía bajito mientras acariciaba su frente tibia —, ojalá entendieras mi posición.

—La entiendo —dijo Saeng, que lucía serio pero tranquilo—. Dejaré que te vayas, pero antes de que eso suceda quiero que me enseñes una cosa.

—¿Cuál?

—¿Prometes que lo harás?

—Si se trata de conver...

—Tómame —Saeng interrumpió con brusquedad.

—¿Qué?

—Cuando te vayas, no habrá nadie más que se fije en mí. Nadie me mostrará cariño, ni mucho menos deseo. Por eso quiero que me enseñes qué se siente ser tomado por alguien que me ama. Solo eso quiero, entonces te dejaré ir.

RENACERWhere stories live. Discover now