C51:La promesa que me hiciste

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Abro los ojos con los primeros rayos de sol que me dan en mi cara, esta nevando

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Abro los ojos con los primeros rayos de sol que me dan en mi cara, esta nevando. Me levanto de mi cama y comienzo a oír unos chillidos... ¿son bebes?. Frunzo el ceño mientras abro la puerta de mi habitación y me dirijo a la sala que es ahí, donde sale el llanto. 

Me encuentro con Scott en pantalones grises y dejándome ver su abdomen bien tonificado pero eso no me distrae, eso no obtiene toda mi atención. 

Es el bebé que trae en brazos, es recién nacido... y por fin, toda la realidad viene a mi de golpe, viene a mi como un huracán, a destruir todo a su paso y desgraciadamente me esta destruyendo de una manera catastrófica. Lágrimas comienzan a caer en mi rostro cuando caigo en cuenta de que, no esta Grecia. 

No le hago caso a Scott y corro hacia la habitación de mi hermana con la mínima esperanza de encontrarla ahí pero... nada. Sus cosas siguen ahí, su olor sigue ahí y caigo en medio de su habitación. 

—¡Grecia!— grito y me hundo en mi misma, me hundo en el mundo en donde mi hermana ya no esta, la chica de sonrisa satisfactoria, la chica que me ha limpiado mil y un veces mis lágrimas por un pequeño raspón, por que en el preescolar me molestaban, por que mi primera cita me dejaron plantada, la chica que me molestaba con Scott, la chica que era mi confidente, la chica que ha estado dieciocho años conmigo... ya no esta. 

¡Ya no esta!

—preciosa...—oigo la voz de Scott tan lejana... tan... rota como la mía. Scott se sienta al lado mío y hace que apoye mi cabeza en el—no hay palabras para poder traer a Grecia de vuelta— comienza—no hay nada que yo pueda hacer para traer a Grecia de vuelta... las personas que han perdido a seres queridos son las que han estado en el infierno... ¿y sabes que es lo único que queda por hacer?— pregunta, en voz baja— buscar la salida del infierno— Scott limpia mis lágrimas silenciosas—preciosa, no hay poder humano ni cambiante que traiga a tus seres queridos devuelta— cierro mis ojos— pero si hay algo que tanto humanos como cambiantes tenemos... el amor— me sonríe— el amor es lo más poderoso que hay y solo con eso, podrás mantener vivo a quien quieras... aunque ya no este

—Scott, estoy tan... perdida— me sincero— ya no tengo nada por que vivir— trueno más en llanto 

—nadie te dará la razón por la que vivir... tú la tienes que encontrar, cariño— me sonríe— y dos cambiantes te necesitan... tres vidas dependen de ti— frunzo el ceño— los gemelos y yo— se explica

—Scott, tienes que cumplir tu promesa— mi chico se tensa— la promesa que me hiciste— sigo— no puedo con más muertes... no puedo—el me abraza y comienza a llorar, me abraza como si me fuera a ir y me obligo a mi misma a no decirle que no cumpla su promesa. 

Me muerdo el labio y antes de que me arrepienta, hablo.

—Scott, yo ya no soy tu ancla.

—Alaska, tú siempre serás mi ancla—me abraza aún más fuerte— tú eres la única que podría hacerme feliz con solo una palabra o hundirme en la miseria... Alaska, estar contigo lo es todo para mi—y lo abrazo, lo abrazo aferrándome a el, a su olor... a nuestros recuerdos juntos— cumpliré mi promesa... no ahora pero lo haré. 

Y con eso, es más que suficiente. 









—Alaska... lo siento mucho— dos pares de brazos me envuelven en un abrazo, Hayley y Leyna. Ambas chicas comienzan a llorar junto a mi y yo, por milésima vez en el día suelto otra lágrima.—siento mucho lo de Grecia y James... debimos estar ahí

Pero, doy gracias a dios a que no estuvieron ahí ya que Rixton las hubiera utilizado y tal vez... no estarían al lado mío. No estarían ahora mismo compartiendo mi dolor.

—¿los podemos conocer?— pregunta Hayley y yo asiento, dirigiéndome a las dos cunas que ha conseguido Asher. Ambos bebés duermen en paz y Hayley y Leyna los miran como si fueran un tesoro. 

—¿y Alex?— pregunto 

—te dije que siempre estaré cuando más me necesites— interrumpe la voz de mi mejor amigo y corro hacia el, Alex traga saliva pero me devuelve el abrazo igual de fuerte— lo siento mucho, pequeña— dice en mi oído— ¿cuando es el funeral?—pregunta 

—en unos días, los cambiantes líderes harán una ceremonia especial para James por sacrificarse por dos cambiantes y a Grecia por... tenerlos—mi voz se corta— como los extraño...

—no estas sola, si tu mundo esta mal ven al mío— bromea y con eso logra sacarme una leve sonrisa—te tengo una noticia— se separa de mi y coge la mano de Hayley entrelazando sus manos, abro los ojos como platos— somos pareja

—¡al fin una noticia buena!— les sonrío y abrazo, sinceramente—¿qué ha dicho Dominic?

—nada, no soy su alma gemela—se ríe Hayley— no soy cambiante pero estoy segura que... Alex es mi alma gemela— juntan sus labios y los dejo mientras me siento al lado de Dom y Asher

—tu poder es increíble, querida cuñada— dice Asher sonriente—maravilloso pero atrayente para los cazadores— se sincera. Veo hacia el frente y sonrío un poco al ver como Leyna mira a los gemelos meticulosamente y Hayley y Alex sonríen, se besan, platican 

—Scott quiere abras tu regalo en un rato más, el que te iba a dar pero llego tu madre— asiento hacia Dom, no quiero hablar de eso— también ya se ha llevado sus pinturas que compro—asiento—si no lo conociera, las expondrá como la octava maravilla del mundo—me río y suena mi celular, un mensaje. 

Baja, estoy afuera en la hummer.

-Scott

Miro un poco dudosa el mensaje, ¿quien cuidará a los gemelos? mi padre sigue en Malibú. 

—No te preocupes por Ocean y Sean— se ríe Asher al ver mi cara— disfruta a Scott como tú solo sabes hacer— me guiña el ojo y por primera vez agradezco sonrojarme, me recuerda que sigo siendo yo misma. 

Agarro mi chaqueta y con un último vistazo a mi familia... bajo.

Maldita Fantasía (DISPONIBLE EN FÍSICO)Where stories live. Discover now