Y aquí me encuentro, en el viaje más largo de mi vida; lleno de recuerdos de un pasado vivido y de un futuro que ya no llegará.
Y mientras veo por la ventana; parece que el sol, la niebla y la tierra también han salido a decir adiós a quien tan solo unas horas atrás vivía sobre ella.
Los recuerdos ahora brotan como pequeñas dagas que se clavan sin cesar, mientras un bello amanecer se empeña en recordarme lo efímero de nuestras cortas vidas, de la mía; de la cual te vas...
Me hubiese gustado decir adiós, haber dicho palabras que el corazón guarda en un pequeño rincón pero que siempre salen cuando esa persona ya no está.
Han sido muchos los momentos de mi infancia por recordar; muchos los sentimientos que ahora se confunden con la tristeza y la soledad. La añoranza de no haber vivido todo aquello que está aún por llegar contigo a mi lado, por no haber podido compartir momentos contigo que ahora ya no serán igual.
Me arrepiento de no haber aprovechado cada oportunidad de estar a tu lado, de esos días que uno pensaba que podría pasar por alto porque aún quedaban muchos más. Ahora el dolor me mata por dentro y la culpa ocupa su debido lugar.
Tu memoria al menos quedará en mi para toda la eternidad.
No se si existe ese cielo que nos prometen, pero se que aún nos queda un bello momento por disfrutar.
Polvo de estrellas somos y a ellas volveremos; no puedo pensar en un mejor momento para reunirnos...
Allí en el espacio; por toda la eternidad, formando parte de algo tan bello que ni el mejor de los sentimientos puede igualar.
Brillaremos juntos una vez más.
Gracias abuela por todo aquello que entregaste y yo no supe apreciar; gracias por cada uno de los besos y abrazos que ahora serán un recuerdo grabado; gracias por darme momentos que recordare por su belleza hasta que nos encontremos de nuevo. Más allá de lo que la vista puede alcanzar.
Adiós a tu presencia. Pero nos volveremos a encontrar.
