No la pude encontrar en la oscuridad.

1.6K 0 0
                                    

Desolado señor de las ánimas, solitario dueño de la soledad.

Atormentado por la desilusión me hallo; siento que ni un paso más podré dar sin pegarme de bruces contra el frío suelo; un suelo quebrantado por todos los dolorosos pasos que he dado y las decisiones que he tomado.

Solo te pido un deseo:

Me gustaría despedirme de la locura y abrazar la cordura; quisiera poder acoger la razón y dejar de lado la desazón que me provoca esta angustia. 

Porque sé que esta inquietud engulle todo aquello que alguna vez amé y quise tener; siento que ya no me queda nada en que creer.

Así que cantaré mi última canción, sonarán los últimos sonetos de la esperanza que buscan su eco en vanas señales de promesas deseadas. 

Puede que así al menos salve una vida, la mía; si en verdad el universo escucha las últimas palabras del alma de un soñador empedernido, que ha perdido su tiempo buscando la piedra filosofal de la felicidad.

Así que cantaré esa última canción y que el mismísimo dueño del cielo escuche que las nubes se rompen a llorar lágrimas de compasión. Porque todo lo que puedo gritar es que he estado contando tiempo mientras los días han pasado dejando su marca en un rostro que aún no acusa el paso de los años; pero que sin tener arrugas ya siente el peso de la vejez en su corazón.

Si la respuesta es el silencio, entonces ya no quedan razones para pensar que estoy en el camino correcto; la perdición será mi sino y la soledad mi compañera para la eternidad.

Porque estuve, estoy y estaré esperando a ser encontrado.

Pensamientos desde el fondo del mar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora