Esta es su historia.

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Es la historia de aquel que olvida para ser olvidado, del que una vez supo lo que era el calor de un abrazo y ahora se refugia en el frío de sus propios brazos. De aquel que una vez la esperanza bañaba su corazón y ahora hace de su falta su sino; es ahora un juguete demasiado usado para luego ser tirado; un pedazo de lo que fue y menos aún de lo que pudo llegar a ser.

La historia de alguien que jamás sintió la verdad en sus carnes, ha sido la mentira la que tarde o temprano se acabó desvelando, enseñando la cruda realidad en la que su vida se ha convertido. Nunca fijo, nunca seguro, nunca supo lo que es la verdadera confianza sin sentir que aquello por lo que luchó se marcha ahora por su verdadero camino y no es uno compartido.

Por ello nunca fue juzgado por lo que era ni es, sino por lo que puede aparentar ser: un pedazo partido que el siguiente recogerá para volver a romper.

Es la crónica de un momento, de un instante; de la marcha de aquello que pensó que sería la verdad que venía para quedarse. De aquellos momentos únicos que ahora parecen esfumarse, de los días en los que el tiempo parecía detenerse para luego apresurarse, de las caricias eternas y de los suaves besos. De las miradas silenciosas pero que a la vez susurran los más profundos deseos, de un aroma que inundaba su mente y se adueñaba de su alma.

La historia de los besos que querían comerse el mundo, de un momento íntimo que las palabras no son capaces de atisbar su significado; de la autenticidad y la belleza de lo único.

De instantes irrepetibles que ni viento ni marea serán capaces de borrar por mucho que se lo propongan, recuerdos que se graban en piedra hasta que vuelven a la tierra.

Historias de días convertidos en noches al paso de un silencio tenso, de palabras mudas y  pasiones desatadas; de susurros al oído, de mordiscos sin hambre. De sueños juntos y abrazos compartidos; dedos que trazan un delicado mapa sobre una piel que ahora recuerda como si fuera propia.  

Relatos de tormentas que salen de dentro, de latidos fuertes que gritan para que sus plegarias sean escuchadas; sonidos para pedir que su vida sea salvada. De suspiros en la noche, de las horas sin dormir para contemplar como la luz del alba bañaba su cara.

La historia de como había pedido el último beso antes de quedarse sin tiempo, de como sus labios se acercaban y un escalofrío recorría su cuello mientras el tiempo les daba la espalda. 

Es la historia de como todo lo que una vez dió como cierto se desveló luego como un pasatiempo, de como las risas antes alegres le resultan ahora amargas; del daño que le causan ahora las palabras que le habían sido pronunciadas. De las verdades a medias y las mentiras que se ponen en primer lugar, del dolor que ahora el pasado le causa.

De como se desveló la verdad que no quiso ver, de la mentira que él mismo creó para olvidar que la felicidad siempre le estuvo vedada. De como fue abandonado, dejado atras una y otra vez, sin más remordimiento que el haber sido lo que nunca fue.

La historia de como la pena le impide ver sus propios errores, de como un caparazón surgió para tapar lo que atrás se había quedado. 

Y ahora es el momento de decirle que deje atrás las propias mentiras para tapar la cruda realidad, de que se enfrente a su destino y se resigne; que eso no era para él ni lo será. El momento de que entienda que por mucho que se luche nosotros no ganamos las batallas, solo las luchamos; el resultado siempre nos es negado hasta el final; sea cual sea el que esté por llegar.

B. Feijoo

Pensamientos desde el fondo del mar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora