Capítulo 17: ¿Estás segura?

66.9K 3.1K 413
                                    

Capítulo 17: ¿Estás segura?

Miro la ciudad sin prestarle atención. Las manos me sudan entorno al libro de Hamlet, es lo único que me llevo de mi todavía casa. El taxi avanza por las calles, adelantando a rezagados y acercándome a la torre de cristal que se ha convertido en mi nuevo hogar.

Mi vida, lo que yo conocía como tal, ha cambiando demasiado. Hace apenas unas semanas me despertaba siendo una adolescente de diecisiete años, con miles de sueños por delante, enamorada de la vida en si, apenas me interesaban los chicos de mi instituto, prefería a aquellos personajes de novelas románticas, aquellos que fueran capaces de escalar el balcón de la casa de sus enemigos para ver a su amada, y ahora… Bueno, ahora no me interesa ningún chico, me interesa un hombre, uno del que estoy completamente enamorada, con el que me voy a casar y con el que tendré un hijo o una hija… No recuerdo como era la vida que llevaba hace unos meses, pero ya no me importa descubrirlo. El día que desperté en aquel hospital lo primero que vi fueron dos ojos azules, inmensos, preocupados, soñadores de un despertar… de mi despertar, y puede que no recuerde nuestro primer encuentro o muchas de las situaciones que pasamos, no obstante, Ryan me hace, de alguna manera, encontrarme conmigo misma, encontrar a la Vicky que perdí con aquel disparo, me hace feliz. Y ahora tengo otro motivo por que el que seguir adelante sin importame lo que pasó, una nueva vida que crece en mi vientre.

Mi mano derecha se ha movido hasta mi barriga para acariciarla. Los ojos se me llenan de lágrimas de nuevo, al pensar que dentro de mi está creciendo una vida, una creada por Ryan y por mi, por un amor que ha superado el olvido.

–Señorita ¿Se encuentra bien? – Pregunta el taxista mirándome por el retrovisor.

Sorbo por la nariz y le sonrío como puedo.

–Sí. Lo siento, es que….

–No se preocupe. Tome– Me ofrece un pañuelo que acepto agradecida.

El hombre de unos cincuenta años, de pelo canoso y ojos grises, me deslumbra con una sonrisa amplia y amable. Vuelve a concentrarse en la carretera, yo vuelvo a observar la ciudad sin interés.

Entro en el apartamento y me recibe Bon Jovi, sonando a todo volumen desde la mini cadena. Dejo el bolso y el abrigo sobre la barra de desayuno. En el sofá están Pelusa y Romeo durmiendo profundamente, el primero abre un ojo me mira y vuelve a cerrarlo. Subo las escaleras en busca de Ryan, no hay rastro de él. Al llegar a la habitación su voz se escapa desde el baño, cantando “Always”. Sin hacer ruido me acerco hasta la puerta, ojeando su interior la aparto con sumo cuidado para que no se de cuenta de mi presencia. Contengo una carcajada al encontrarme un panorama un tanto insólito: Ryan está en el enorme plato ducha, de mármol negro donde cabrían perfectamente unas diez personas, se encuentra de espaldas a mi, completamente desnudo y mojado, se mueve al compás de la melodía mientras canta, o mejor dicho, chilla, a eso no se le puede llamar cantar. Con pasos silenciosos me acerco hasta la mampara de cristal, desnudándome sin apartar la vista de su espalda musculada. Sus estrechas caderas se menean de un lado al otro. Cantando es pésimo, bailando… ¡Madre mía! Parece un dios pagano bailando para llevar acabo algún tipo de ritual hipnótico.

Me relamo los labios dejando caer al suelo el sujetador. Abro la puerta que nos separa y antes de que pueda deslizarme del todo en el interior de la ducha, se gira con una enorme y pícara sonrisa. Agarra mi muñeca y tira de mi hasta que estamos pecho contra pecho.   

–¿Sabías que estaba mirándote? – Le pregunto alzando una ceja.

–¿Disfrutaste del espectáculo?

–Se me ha hecho corto.

Con una mano agarro su nuca mientras que con la otra bajo desde su cuello hasta sus pectorales, mis ojos recorren el mismo camino que mis dedos, embebiéndome de su belleza. Mis uñas arañan sus abdominales duros como el granito. Me detengo en sus caderas, rosando los oblicuos…

La Desconocida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora