Chica Torpe

Capítulo 7

La clase de literatura se me hizo más larga de lo normal. Eso de tener literatura a la primera hora de clases era lo más aburrido en la historia de las clases.

William no estuvo en la clase. Bien pueda porque llegó tarde o porque simplemente no llegó.

Toda la hora me la quedé pensando e imaginando una historia romántica que nunca viviría con William y me 'deprimí' porque no la viviría nunca. Es muy triste y estresante saber que te gusta una persona que no te da ni la hora. Aunque William y yo conversemos en mi casa es como si no lo conociera, en la escuela ni me mira y cuando lo hace es para burlarse de mí y mis torpezas, y eso es mucho peor que el chico que te gusta no te dé la hora.

Por eso haría lo que haría; Me acercaré, le preguntaré por qué hizo lo que hizo y luego, sacaré una conclusión. De solo pensarlo me pongo nerviosa.

El calvo que tengo como profesor de retiró del aula diez minutos después de haber sonado la campana, eso era aún más estresante.

Esperé sentada a que llegara el profesor de informática y que también llegara William, si es que llegaba.

Apareció en profesor seguido de William, por un segundo mi corazón se paralizó y empezó a latir más rápido casi queriéndose salir de mi pecho.

Muy bien, Caroline. Respira. Respira.

—Libretas y algo con que tomar apuntes, jóvenes —anunció el profesor—. Diríjanse a la sala.

Bien, oportunidad perfecta. Todos caminado hacia la sala, hablando de cualquier cosa, William caminando solo, acercándome a él, llegar y preguntarle. Mis sentimientos están encontrados.

Como lo predije –y no es que sea bruja—, todos se armaron en pequeños grupos mientras hablaban de quién sabe qué, William caminaba solo, con la cabeza gacha y pateando una tapa de una botella plástica, se veía hundido en sus pensamientos, por un momento me dio miedo acercarme.

A la de tres. Uno... Dos... Tres...

—Um.. Hola, William —le saludé.

Enseguida levantó la cabeza y cuando me vio frunció su ceño, entrecerró sus ojos y luego miró a todos lados como si estuviera buscando una explicación al por qué le hablo en la escuela.

—¿Qué quieres? —dijo con indiferencia. No me extrañó que lo hiciera, porque en la escuela siempre lo hace. Sin embargo, me dolió.

—Quería preguntarte algo. Em...

Quise continuar con lo que iba a decir pero me detuvo.

—Dejame, Caroline. Te lo he dicho mil veces, no me gusta que me vean contigo —me lanzó una mirada de desprecio y apresuró su paso.

Me quedé congelada ante sus hirientes palabras. Poco a poco mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas.

No puedes llorar, Caroline. No aquí.

Seguí caminando pero y desvié para ir al aula de Lucy, necesitaba desahogarme y que mejor que con Lucy.

Llegué a la puerta de su aula y toqué varias veces. Antedió la profesora de artística, le sonreí tímida.

—¿Me podría prestar a Lucy unos segundos? —pregunté buscando disimuladamente a Lucy con la mirada. La profesora entrecerró los ojos y levantó una ceja—. Es algo urgente. En serio —me apresuré a decir.