Capítulo 22: "¡¿Un arma?!"

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El tren se encontraba en marcha nuevamente, y yo me encontraba con Clem, quién no hablaba. Todavía estaba muy mal respecto a la muerte de Duck, hasta que me miró, y me contó:

-¿Sabes algo? Chuck me dijo que lo que le pasó a Duck, me pasaría a mi también-al escuchar eso, quise matar a ese tipo. Fruncí el entrecejo.

-No creas nada que él te diga, yo no dejaré que te pase nada. ¿Vale?

-Vale.

-Creo que debo de hablar con Chuck para que deje de decirte mentiras. ¿Estarás bien?-pregunté.

-Si, lo estaré-contestó con voz inexpresiva. Me incorporé, y pasé al lado de Ross, quién miraba el suelo. Seguro que se sentía mal por haber terminado con la vida del niño. Pero, no se me ocurrieron palabras para consolarlo.

Al llegar al frente del tren, dónde se encontraba Chuck, lo enfrenté:

-No quiero que te vuelvas a acercar a mi pequeña-ordené, advirtiendolo de mi presencia, por lo que me miró fugazmente.

-No se de que hablas-se excusó haciéndose el que no sabía nada.

-Sabes perfectamente de lo que hablo. ¿Por que putas le dijiste eso?-pregunté furiosa.

-¿Enserio quieres saber por que lo hice?-quiso saber con voz inexpresiva.

-Dime.

-Cuándo todo comenzó, conocí a una niña, de la misma edad que Clem, e igual de indefensa e inocente. Lamentablemente, unos caminantes la atacaron y no pude hacer nada para salvarla, y ella no sabía defenderse. Y te digo que... Clementine no va a sobrevivir-me contó negando con la cabeza.

-Ella me tiene a mi, y yo la protegeré, y mis amigos también lo harán-aseguré molesta.

-¿Y si tus amigos mueren? ¿Y si tu mueres con ellos? ¿Quién cuidaría de ella? No sabría defenderse, no sabría como vivir en un mundo plagado de éstas mierdas-negó.

-Y... ¿que me aconsejas que haga?-pregunté cayendo en la cuenta de que tenía razón.

-Primero que nada, cortale ése cabello, así será más difícil que los caminantes la atrapen. Luego, enseñale a usar un arma.-aconsejó.

-¡¿Un arma?! ¿Estás loco? ¡Tiene 8 años?-dije alterada. Él se encogió de hombros.

-Yo no te obligaré a nada, solo aconsejo. Pero, si tu mueres, entonces ella no sabrá como sobrevivir ni que hacer-comentó, mirando fijamente al frente.

Y tenía razón.

¿Si mis amigos y yo moríamos, que haría Clem? ¿Como se defendería? ¿Que haría? Ella no sabría que hacer, ni a dónde ir. No sobreviviría.

Tenía que enseñarle a defenderse. Yo no estaría por siempre, puede que en Savannah me mataran apenas pusiera un pie en la ciudad, así que le enseñaría en ese mismo momento.

Volví a entrar en la cabina del conductor, dónde Alice estaba, mirando al frente, perdida en sus pensamientos.

-Alice, ¿me pasas el mapa de las rutas del tren?-pregunté. Ella se estiró, y me lo pasó, sin decirme palabra alguna.-gracias-susurré.

Al volver, pasé junto a Ben, quién se tapaba la cara con las manos, cuándo iba a entrar al vagón, me dijo:

-Yo lo hice-eso me hizo parar en seco, y voltearme hacía él, algo confundida.

-¿Que hiciste?

-Yo era quién les pasaba las medicinas a los bandidos. Lo siento, lo siento-se disculpó, mientras que yo analizaba lo que había dicho.

Él les pasaba las medicinas a los bandidos.

Entonces él había iniciado el trato.

Y por consiguiente, él era el culpable indirecto de la muerte de Theo y Duck.

Lo siguiente fue que lo tomé del cuello de su camiseta, y él me suplicaba que no lo lastimara. Pero, yo no lo escuchaba, sino que pensaba mil y una formas de desfigurarle el rostro.

-Te mataré, Ben-amenacé, mientras él trataba de zafarse de mi agarre.

-Lo siento, enserio, lo siento. Pero, ellos me dijeron que tenían a mi familia.-se excusó, y lo solté.

-Lo lamento, no lo sabía. Ben, guardate la confesión para ti mismo, o Alice te matará si se entera-aconseje, y él asintió. Al entrar al vagón, me encontré a Max, hablando con Clem, de algo que no logré escuchar. Ross se encontraba en un rincón, con la cabeza entre las manos.-Clem, tenemos que hablar.

-No hice nada. Yo no fui, fue Max-lo acusó rápidamente, lo que me hizo soltar una tremenda carcajada.

-Ey-se quejo Max, entre el enojo y la diversión. Negué con la cabeza.

-No es algo malo, Clem. Creo que deberías aprender a defenderte-y pude sentir la mirada de mi amigo sobre mi.

-¿Con un arma?-preguntó insegura. Asentí energéticamente, y saqué mi revólver.-no lo sé.

-Solo es por tu seguridad.-prometí, tomé una de las cuántas botellas que había por ahí, la coloqué sobre una caja.-mira atentamente. Primero apuntas al objetivo. Luego, quitas el seguro. Y por último disparas-disparé justo en el blanco, provocando que la botella se rompiera en pedazos.-¿ves? Ahora inténtalo tu-pedí, y ella tomó con manos temblorosas, el revólver. Mientras que yo colocaba otra botella encima de la caja.

-Bien-ella apuntó a la botella, como yo lo habia hecho, y sacó el seguro.

-Baja un poco más los hombros. Para que el disparo sea más efectivo-aconsejó Ross, mirando a la pequeña. Ella obedeció, y disparó, dando sorprendentemente en el blanco.

-Wow, eso es, Clem-la animó Max, algo más sorprendido que yo.

-Bien hecho, dulzura. Prueba otra vez-coloqué otra botella, y ella volvió a disparar, dando en el blanco.

-Tiene un gran talento para esto-comentó Ross alzando ambas cejas. Coloqué la última botella, y la miré.

-La última, pequeña.-ella disparó antes de que pudiera agregar algo más.-bien hecho.

-Lo hice-comentó emocionada, y feliz. Asentí levemente, y miré su cabello. Habría que cortarlo.

-Ey, Clem. ¿Que opinas de un corte de pelo?-pregunté sonriendo. Ella me miró como si no creyera lo que acababa de preguntar.

-¿Por que?-quiso saber simplemente.

-Así hay más posibilidades de que los caminantes no te atrapen-expliqué encogiendome de hombros. Ella asintió, no muy convencida, y Ross me pasó una tijera.

-¿Sabes lo que haces?-preguntó ella mientras comenzaba a cortar su cabello.

-Eso creo, cuándo era pequeña le cortaba el cabello a mis muñecas-comenté, y mi rubio amigo soltó una carcajada.

-Si, y quedaban sin pelo-replicó todavía riéndose.

-Oh no, voy a quedar como un chico-se quejó Clem, por lo que Max rió un poco.

-No quedarás como niño. Lo prometo-aseguré con una pequeña sonrisa. Unos minutos después, ya había terminado, y até su corto cabello.-listo.

-¿Quedó bien, Max?-le preguntó preocupada. Él rió nuevamente.

-Quedaste bien, lo juro. Al parecer, Nati no es tan mala peluquera como pensaba-al oír eso, le di un golpe en la cabeza, provocando que Clem y Ross soltaran una risotada.

Pero, en ese momento, el tren se detuvo, por lo que todos nos miramos entre confundidos y preocupados. Y luego, bajamos del tren, para averiguar que había pasado .

The Walking Dead (Ross Lynch)Where stories live. Discover now