The Walking Dead. (Carl Grimes)

Capítulo V: El centro de control de epidemias (Parte 1)

¡VOY A CANCELAR LA NOVELA!

Y eso diría si fuera a cancelar la novela :3

Okno.

Ahora sí a lo que importa.

Les dejo este sensual capítulo, espero que les guste :D

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Unas puertas de cristal abiertas quedaron a la vista una vez que el hierro fue levantado en su totalidad y no dudaron ni un segundo en correr hacía dentro encontrándose con un lugar frío y tétrico.

— ¿Hola? —habló Rick en voz alta mientras en sus manos tenía una escopeta por cualquier inconveniente.

— Hola. —una voz grave se escuchó al mismo tiempo que un hombre de entre cuarenta o cincuenta se hacía notar con una arma parecida al de Rick en sus manos— ¿Hay algún infectado? —preguntó lo típico.

— No. —contestó— Teníamos uno pero... Ya no está. —dijo recordando a Jim que lo más probable es que sea un bicho hambriento en ese momento.

— ¿Por qué están aquí? ¿Qué quieren?

— Una oportunidad. —pidió Rick mientras bajaba el arma y lo miraba suplicante.

— Eso es mucho pedir en estos días.

— Lo sé. —dicho eso el lugar quedó en silencio por no más que unos segundos.

— Se harán un análisis de sangre. —rompió la tensión— Es el precio de la admisión.

— No hay problema.

— Si tienen que entrar algo háganlo ahora, una vez que se cierren las puertas no se vuelven a abrir.

Luego de esa charla todos se fueron a buscar los bolsos de la camioneta, y con todos se refería a los hombres maduros del grupo por lo tanto a Carl no lo dejaron ir y fue un corto tiempo en el que por fín podía burlarse de él por una vez en todo ese tiempo.

— Bea, cierra la puerta principal. —escuchó que le habló a un aparato una vez que todos estaban ya dentro— Corta la energía aquí arriba. -—vio como Rick se le acercaba.

— Rick Grimes. —se presentó estirando la mano esperando que la estrechara.

— Doctor Edwin Jenner. —dicho eso pasó de él y se dirigió hacía un ascensor en una esquina del lugar seguido por los demás.

— ¿Todos los médicos están armados como tú? —preguntó Daryl desconfiado.

— había varias armas tiradas por allí, me acostumbré a ellas. —respondió el hombre— Pero ustedes parecen inofensivos. —dirigió su mirada hacía Shopia— Menos tú, te vigilare de cerca. —bromeó sacando una sonrisa en el rostro de la niña, fue hay cuando comprendió que por más que él intentara cubrir su lado tierno con duras palabras este aún seguía viéndose y eso lo había demostrado hace unos segundos.

Al abrirse las puertas quedó a la vista un largo pasillo el cual recorrieron con el doctor Edwin en frente, estaba flipando con todo lo que veía, ese lugar podría ser un nuevo comienzo, talvez un nuevo hogar que compartirían con su nueva família.

— ¿Estamos bajo tierra? —preguntó Carol rompiendo el silencio que yacía desde que estaban en el ascensor.

— ¿Eres claustrofóbica? —giró su torso para poder mirarla de frente.

— Un poco. —contestó.

— Trata de no pensar en eso.

Al terminar el pasillo solo vieron un cuarto oscuro, tanto así que se sobresalto al sentir como alguien posaba su mano en la parte baja de su cintura pero al no ver nada no supo quien era, aunque ya se imaginaba de quien se trataba.