Capítulo III: Carl y sus pequeñas cosas. (Parte 1)

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Miraba por la ventana pensando en todo lo que pudo llegar a ser y no logró, arrepintiendose de no haber abrazado a su família una última vez antes de perderlos, recordando como su madre era mordida y como esta repetía la acción con su padre dejándola así sola sin otra opción que matarlos justo cuando pedía ayuda a un hospital por teléfono, la vida era tan injusta, ella no era desobediente, siempre respetaba a sus padres y los ayudaba en ocasiones, tenía su boletín escolar plagueado de ochos, nueves y dieses, tenía una vida normal como cualquier otra estudiante, estaba enamorada y en su mejor momento, nunca la dejaron disfrutar ese momento cuando llegó todo esto al mundo ¿Qué había echo para merecer eso? Lo repetía y lo repetiría un millon de veces si hacía falta, La vida era injusta, muy injusta.

Sin querer una lágrima se desprendió de sus ojos cayendo por sus mejillas y rodando hasta llegar a sus labios desapareciendo en estos últimos.

— ¿Estás bien? —le preguntó Andrea que al estar a su lado fue la única quien notó sus lágrimas.

— Sí, no es nada solo... Una tontería. —se animó a decir en un débil susurro.

— Llegamos. —dijo felíz Morales bajando del auto— Hora de presentarse, les caerán bien. —los animó antes de caminar hacía su família y perderse en un necesitado abrazo con este.

Vio como Andrea también lo hacía con otra chica parecida a ella pero más baja, todos rodeaban con sus brazos a alguien en especial.

— ¿Cómo lograron salir del apuro? —escuchó que alguien decía.

— El nuevo nos sacó. —dedujo que hablaba Gleen.

— ¿El nuevo? —preguntó la misma voz.

— Sí. —respondió Morales— Un chabal y una niña que llegaban a la ciudad. ¡Tio del helicóptero! —nos gritó o más bien a Rick— Vengan y saluden.

Fue Cris quien bajó primero y caminó hasta llegar al lado del hombre, esperó que bajase y lo tomó de la mano para seguir el camino.

— Es poli, igual que tú.

Vio como Rick levantaba la mirada y se tensaba al observar a todos o más bien a unas personas en particular.

— Dios mío. —lo oyó susurrar.

— ¡Papá! — escuchó gritar a un chico de ¿Cuánto? ¿dieciséis, diecisiete años?

Luego lo que hizo fue algo... ¿Como decirlo? Hiriente de alguna manera.

Soltó su mano y corrió hasta la mujer y su niño para luego abrazarlos como si fuera la última vez, la dejó sola, o así lo sentía, una vez más sentía que estaba sola, como cuando sus padres la dejaron, pero esto era entendible, ellos eran su família, ella no, ellos podían estar juntos, ella no, el logró encontrarlos, ella los perdió.

Y hay lo volvía a repetir, La vida era muy injusta.

****

He hay volvía a encontrarse en esa misma situación, sola, podría estar rodeada de gente pero era lo mismo, ver a Rick con su esposa e hijo abrazada era como ver a su padre con otra família por más estúpido que sonase.

Miró la fogata en medio para distraerse.

— Mamá dijo que habías muerto.

Ese fue un golpe bajo.

— Emm... Perdonen iré... Por hay. —se levantó dispuesta a marcharse pero un comentario la detuvo.

— Es de noche, no te vayas de aquí podría ser riesgoso. —quién más que no sea Rick podría decir eso.

The Walking Dead. (Carl Grimes)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon