Capítulo I: Los días transcurridos. (Parte 1)

9K 269 70
                                    

Viajaba por la carretera vacía hacía su puesto de trabajo cuando por casualidad se le dio por mirar hacía bajo y se sorprendió al ver como la pantalla del auto marcaba un nivel muy bajo de gasolina, por suerte a lo lejos pudo visualizar una enorme estación de servicio, esa sería su solución.

Ni bien llegó a siquiera estacionar el auto cuando éste se detuvo solo por falta de combustible, suspiró y abrió el baúl desde adentro para luego salir y buscar en la parte trasera un bidón de agua el cual recordaba que había dejado allí días antes.

Lo tomó y caminó hasta la estación de servicio pero se decepcionó al ver un cartel de cartón escrito con aerosol que yacía colgado arriba de una pared y dejaba al descubierto la frase No Gas.

Admiro el lugar y tarde se dio cuenta de que este estaba destrozado, había camiones, camionetas y autos destruidos además de que tirado por doquier se encontraban jugetes de todo tipo y otros objetos sin valor alguno.

Caminó hasta un auto y observó lo que había dentro, se asqueo al instante, y su mueca de asco lo demostraba, sentada en el asiento de conductor yacía el cadáver de una persona, estaba podrido y olía fatal, tenía moscas en el cuerpo, se notaba que había estado allí por largo tiempo.

Escuchó un ruido y se puso alerta.

Sacó de su cinturón la pistola que normalmente usaba en su trabajo y apuntó en el aire mientras caminaba sigilosamente por entre medio de los autos que en ese momento no eran más que puro metal oxidado con ruedas.

Se agachó posando sus manos en el suelo para no caerse por completo y trató de espiar por debajo de una camioneta para asegurarse de que sí había otra persona con él y no solo eran paranoias suyas.

Se sorprendió al ver unos tobillos de tes blanca con pantuflas blancas y sucias en sus pies, pudo observar también que la niña se agachaba para tomar un oso de peluche del suelo pero solo mostro sus manos.

Rodeó la camioneta para encontrarse con la pequeña y efectivamente hay estaba, de espaldas, tenía su cabello rubio largo hasta la cintura y no traía más que solo una bata color carmesí un poco muy sucia.

—  Hey. —le habló— Chiquitina. —seguía caminando sin prestarle atención— Soy poli pequeña. —lo intentó una vez más— Pequeña. —vio como la niña dejó de caminar para quedarse parada y no hacer comentario alguno— No tengas miedo ¿Vale? —aún no se daba vuelta— Nenita.

Y entonces ocurrió, lentamente fue dejando su rostro al descubierto con unos labios cortados hasta la mejilla que dejaban la mitad de su dentadura expuesta, sus ojos estaban perdidos pero parecían que solo miraba un punto fijo y ése era su persona, también pudo ver las heridas ensangrentadas que habían por todo su rostro y cuerpo.

Su cara era el sinónimo de un monstruo.

— Dios santo. —se susurró a si mismo.

Comenzó a caminar lentamente hacía él y tal como ella lo hacía él tampoco se quedó atras, al notar esto la niña aumento la velocidad de sus piernas al tal punto de terminar corriendo igual que él.

No entendía que había sido lo que le pasó, ¿Por qué gruñia en vez de hablar? ¿Por qué intentaba matarlo?

No lo pensó cuando la apuntó con el arma y tiró del gatillo haciéndo así que una bala cayera directo a su cabeza rezonando en todo el lugar.

Puso cara de no poder creerlo ¿Acaso la había matado?

*****

Metido en el vehículo de Sheriff con su mejor amigo y una caja con comida chatarra en el medio mientras contaban anécdotas, así estaban en ese momento, no le habían asignado ningún trabajo aún así que prácticamente estaban en Hora libre por así decirlo.

The Walking Dead. (Carl Grimes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora