Camille Casablancas es obligada a asistir a Berkley, internado para gente talentosa, mayormente poblada por hijos de celebridades en Canberra, Australia.
Conoce al hijo del enemigo universal de su padre, Kaidan Jaxx, sinónimo de "hijo de puta". Com...
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Septiembre, 1 Lunes 6: 24 am.
—Las hormigas tienen un orificio, es de allí que salen sus bebés —dice Rajiv con tanta firmeza que es inevitable no reír de su error.
Aún no entiendo como es que se ha llegado a este tema y mucho menos el por qué todos estamos comiendo juntos, tan amenamente. Hace un momento se hablaba sobre donas y ahora sobre la reproducción de los insectos, específicamente de la hormiga.
Sobre el fin de semana: no hay mucho que deba decir. Salí al cine con las chicas, dentro del campus, y al siguiente día fuimos al campo de soccer para ver a Brunno jugar. En realidad invito a Reegan, con quien comienzo a negar qué hay una atracción increíble, y quien luego nos invitó a nosotras. Lo más incómodo de mi fin de semana fue que Kaidan también jugó por un momento y con cada gol que lograba, me miraba como si me lo dedicase. Las chicas no hicieron preguntas, por fortuna, pero mierda, sus caras de confusión me lo decían todo.
Luego del partido comimos en un restaurante afuera de Berkley para variar. La pasamos genial, sin fotógrafos, riendo a pesar de estar en una guerra. ¡Oh! Christhian coqueteó con una mesera pero Paris lo arruinó todo al decirle a Chris frente a ella "ella no se mira como alguien que cumpla tu fetiche de lamerte el culo, Chris".
Como dije, no ocurrió mucho.
Inna pone los ojos en blanco, continúa hablando con Brunno sobre los mimos que deberían de darle a la directora para que los deje cambiarse de clase. Paris fulmina con la mirada a mi hermano y éste se encuentra divertido por toda la discusión.
Hace solo unos minutos, un chico de tecnología, amigo del tal Stefan Jobs, vino para pedirle una cita a Paris pero Christian interrumpió su movimiento haciendo exactamente lo que Paris hizo con él.
¿Yo? Sola, esperando a que Kaidan venga con mi delicioso desayuno.
—Bien, me tienes harta —espeta Reegan dando un golpe a la mesa—. ¡Ponen huevos, maldita sea! ¡Hue—vos!
Rajiv, en negación, se recuesta en su silla diciendo—: No es lo que leí, Rockefeller.
La silla a mi lado, vacía, es arrastrada para que luego Kaidan se sienta en ella. Mi sorpresa es grande cuando besa mi mejilla como si fuera una vieja costumbre, algo de los dos. Siento las miradas de los demás, mi hermano luce horrorizado.
Tengo ganas de preguntar qué diablos está haciendo pero recuerdo que "estamos conociéndonos". Pensé, sin embargo, que mantendríamos ese asunto privado.
Kaidan sonríe, robando una uva de mi desayuno y guiñándome su ojo mientras la muerde. Trago saliva y veo a mis amigos.
—¿Que sucede?
Rockefeller me señala.
—Acaba de... es que ustedes... —trata de decir pero Paris la interrumpe.
—Dime que mis ojos no acaban de ver que lo acaban de ver.
