Camille Casablancas es obligada a asistir a Berkley, internado para gente talentosa, mayormente poblada por hijos de celebridades en Canberra, Australia.
Conoce al hijo del enemigo universal de su padre, Kaidan Jaxx, sinónimo de "hijo de puta". Com...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Kaidan Jaxx no es ajeno a su alrededor. Es perfectamente consciente de que cada paso que da es observado. La gente abre espacio para que pueda caminar. Algunos lo saludan tímidamente y otros lo ven con admiración.
Jamás tuve una conversación con Jaxx padre y mucho menos hijo; mi padre y mis tíos se encargaron de dejar todo bastante claro: tengo prohibido acercarme a uno de ellos. Son egoístas y podrían hacer cualquier cosa para hacer cumplir sus intereses.
—Cierra la boca —dice Paris, susurrando en mi oído. Su mano toma mi mandíbula, obligándome a cerrarla—. Si la sigues teniendo así de abierta una mosca le va a entrar.
Limpio mi garganta y miro a cualquier lugar menos al tipo que está condenadamente atractivo. La realidad de las cosas es que está jodidamente buenísimo y lo sabe y de alguna manera eso colabora a verse el triple de jodidamente buenísimo y ya no tengo idea de lo que estoy diciendo.
—Chris, Rajiv —saluda, mientras abraza a quienes he conocido más temprano—. ¿Y quienes son estas?
Uh, ¿disculpa?
>> Oh, Paris —sonríe. Paris asiente en saludo y vuelve a dirigir la mirada enfrente—. Espero que este año logres entrar. Me he aburrido de las mismas chicas.
Tremendo asco.
Rajiv se ríe junto a Christhian. De pronto, entiendo porque Chris necesita ocultar su apellido ante sus amigos... es el hijo del enemigo. Maldita rata traicionera, ¿qué mierda dirá papá de todo esto?
Ignorando su asqueroso comentario, hago una pequeña pregunta con un gruñido, porque el manejo de su seguridad y ego me han irritado y todo lo de jodidamente buenísimo está jodidamente jodido.
—¿Por qué estás tan seguro de que vas a lograr entrar?
Escucho la voz de una chica decir, con auténtica indignación, "no está hablando en serio". Me doy cuenta de que nos ven, expectantes de lo que se habla aquí. Kaidan se ríe de nuevo y se acerca más a mi, encogiéndose de hombros.
—¿Sabes quien soy?
—No pero te puedo decir que luces como el idiota más grande.
Sus amigos se ríen detras de el.
—Ya veo, tienes una actitud. Para tu suerte, puedo decirte cómo solucionarlo —alzo mi ceja, curiosa de lo que insinúa—. Una noche conmigo y esa actitud de niña mala se te quita, bebe.
Pongo los ojos en blanco y mi mejor sonrisa sarcástica.
—Ni mil y una noches contigo harían que mi actitud se fuera. No crea que pueda sentir algo, si debo ser honesta —suspiro, haciendo reír a los demás. Kaidan no luce feliz—. Y si me vuelves a decir "bebé", voy a castrarte.
—Eres una ternurita —pellizca mis cachetes. Mueve mi cabeza de un lado a otro y hace sonidos de bebé—. Deberías estar en otro curso, das la impresion de que eres una perdida de tiempo.
