Capitulo diecinueve

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Día dieciocho

-Elena- Amber me llamó desde mi espalda. Dejé de mirar la pared y gire ml rostro para mirarla- ¿Que pasa?- preguntó

- Nada- susurré volviendo a darle la espalda y centrando mi vista de nuevo en la blanca pared. Suspiró y sentí como mi cama se hundió.

- Iré a comprar un vestido para año nuevo,¿Quieres venir?

- No

-¿Qué te pondrás entonces?

- Tengo algunos vestidos sin usar, elegiré alguno- suspiré.

- Algo te pasa

- No es nada , solo estoy cansada- me viré hacia ella y le regale la mejor sonrisa.

- Bueno- suspiró con cansancio - Cualquier cosa me llamas a mi o a Zayn

- Esta bien- me gire de nuevo cuando ella se puso de pie.

Mi cabeza estaba dando vueltas logrando enloquecerme, en mi estómago podía sentir una constante sensación igual a la que se siente cuando estas nerviosa.

Me puse de pie y camine al baño con rapidez, gire la manilla de agua fría y me introduje en la ducha con todo y ropa.

Cerré los ojos mientras sentía como mi pijama se empapaba al igual que mi cabello, me deje caer contra la pared hasta llegar al suelo.

¿Qué mierda me pasa?


Salí del baño envuelta en un toalla bastante grande que si no me equivocaba era de Harry.

Busque mi ropa interior en la gaveta superior de mi cómoda, unas bragas naranjas al igual que el sujetador .

La puerta se abrió y tape mi cuerpo semi-desnudo con mis brazos.

La cara de Harry se puso roja y rápidamente volvió a cerrar la puerta.

Corrí hasta mi closet, saque unos pantalones de deporte con una sudadera color lila.

Me vestí lo más rápido que pude , tomé un cepillo de cabello y caminé a la puerta.

Harry estaba con los ojos cerrados recostado a las barandas del pequeño porche , cerré la puerta detrás de mí y comencé a peinarme hasta llegar a él.

- Lo siento Lena- abrió los ojos con sus mejillas aún sonrojadas.

- Esta bien- forcé un sonrisa para evitar que él notará que yo también estaba avergonzada. Se aclaró la garganta y me dio el ramo de flores de hoy, todas de colores brillantes y diferentes- Gracias- me puse en puntillas y besé su mejilla.

- No es nada- tomó el cepillo de entre mis manos y comenzó a peinarme él.

Lo hacia tan suave que ni siquiera podía sentirlo.

- Harry tienes que peinarme más fuerte , sino lo haces no se me quitaran los nudos- expliqué.

- Oh, esta bien , lo siento- pasó el cepillo unas cuantas veces más pero con más fuerza causando pequeñas caricias en mi cuero cabelludo.

Nos quedamos en silencio durante todo ese tiempo.

Su mano dejo de moverse y sentí su aliento en mi cuello.

- Ayer.... Dije algo que te molestó- sus dedos de la mano izquierda apretaron con cuidado mi cintura.

- No- dije con voz entre-cortada

- Si, no intentes negarlo, te conozco lo suficiente- dejó el cepillo en la baranda y con su mano derecha acarició mi brazo hasta entrelazar sus dedos con los míos.

Treinta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora