Estar confinado en una celda acolchada es algo macabro, sórdido e inhumano, algo que solo se le puede ocurrir a alguien que disfruta con el dolor que la reclusión solitaria nos produce. Somos gente sociable también, y merecemos tener contacto con nuestros pares, por muy mentalmente incapacitados que estemos, aún merecemos vivir como personas. Me enviaron aquí, a esta celda acolchada, por enloquecer y atacar a los doctores que me querían practicar una lobotomía de manera forzosa. Estoy en cuarentena mental solo por resistirme a permanecer íntegro.
En la celda pueden leerse mensajes que he escrito con mi propia sangre: decenas de "¡AYUDA!" y "¡SÁLVENME!" decoran las suaves paredes de mi celda, donde esperaré eternamente a que por fin se decidan a quitarme lo que me queda de humanidad.
YOU ARE READING
Historias Para Un Día Lluvioso
RandomOne shots que he escrito aparte de mis historias principales. Estas historias se sumergen en un mundo lleno de magia, hechos paranormales y otras cosas interesantes.