Historias Para Un Día Lluvioso

Solo Una Marioneta

"Hoy he despertado en la mañana con un claro sentimiento de desgano, la discusión y posterior pelea me dejaron exhausto y sin ninguna pizca de ese ánimo que me caracteriza. Aún no puedo quitar las imágenes de todo lo vivido, aún no logro quitar ese sentimiento de odio que reemplazó al amor que sentía por ti... aún no logro sacarte de mi cabeza, después de que me ignoraras como a un maldito animal muerto; obligándome a mendigar semanas completas para tener tu atención, y solo recibir algunas migajas de falso afecto y sornas malintencionadas, que no han hecho más que aumentar las ganas de golpearte y obligarte a padecer en dolor físico lo que tú me obligaste a pasar en la más penosa incertidumbre y autodestrucción. Por eso hice lo que hice, por eso te odié en secreto tanto tiempo, por eso lancé mi venenosa lengua viperina hacia tu asquerosa y turbia alma, que nunca se cansa de escuchar esas palabras repletas de odio y amargura; por eso fui una granada que explotó y te dañó con sus esquirlas.

Cómo seguir soportando tantos años donde cada persona que conocí me usó para sus vacíos fines, fingiendo una falsa amistad para poder seguir nutriéndose de las cosas que yo tan inocentemente ofrecí. Sólo fueron personas falsas que jamás pensaron en mí como un igual, sino que me vieron como a un ser inferior, falto de amistad; y aprovecharon para clavarme sus repulsivas garras en mí y tomar todo lo que pudieron; para finalmente desecharme sin ningún remordimiento posterior. Sólo soy visto como un pañuelo de lágrimas para personas que no tienen ninguna concepción o noción de lo que realmente es la vida, sólo maldita gente inmadura, que para mí son repulsivas garrapatas que se ahogan en ácido, sin ver salida a sus malditos problemas completamente solucionables. ¿Acaso jamás vieron las putas señales que les mandé? ¿Acaso no tengo yo derecho a vivir mis propios problemas y a tener mi vida armada y resuelta también? Sólo fui una marioneta de las circunstancias, nadie jamás dio algo de sí para sacarme de este profundo y solitario foso donde me hallo en este mismo momento, escribiendo este desesperado grito de ayuda. Compañeros de jardín de niños, compañeros de escuela y de universidad, amigos, ex amigos; todos caen en mi puta descripción, los odio a todos, sin más ni menos, pero los amo a la vez. Me hicieron lo que soy, pero no quiero ser así, por eso cometí el error de confiar en ti, de elevarte al más alto altar del Olimpo y de considerarte más que yo.

Me decepcionaste, y no hay nada que yo pueda hacer para cambiarlo; todo lo que me pasó se había quedado atrás gracias a las actitudes que posees cuando te pones tu puta careta; esa falsa careta que portas para que nadie vea tu desfigurada personalidad. Dejaste un gran agujero en mi ser que no he podido llenar con nada, lo intenté con alcohol y con otras experiencias poco comunes para los mortales. Pero nada... nada hará que te saque de mi cabeza, ni deje de pensarte con una amargura y rencor inimaginables. Es hora de cortar finalmente los cordeles con los que la miseria me tiene atado a una vida patética y sin sentido, es hora de irme al infierno, donde siempre pertenecí; es hora de decirle adiós a este horrible planeta, es hora de volver a la mierda de donde vine. Adiós puto mundo cruel, no hay nada que puedas hacer para cambiar mi opinión; adiós, no seguiré usando oxígeno de manera innecesaria. Adiós maldito engendro, gracias por arruinar mi vida y llevarme al abismo donde estoy. 

Adiós."

Carta anónima encontrada al lado de una tina, donde yacía un cadáver sonriente.