CAPITULO 23 LOS AMANTES

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Bárbara se giró lentamente sintiendo las manos del hombre al que siempre había amado rodeándole la cintura.

-          Te he echado tanto de menos- dijo Álvaro aspirando el aroma de su cuello

-          Nunca me fui de tu lado

-          Dentro de poco nuestra hija sabrá la verdad y podremos estar juntos, como debía haber sido desde el principio- susurraba mientras con sus manos la atraía más hacia él.

-          Álvaro, por favor, no sigas, pueden entrar- suspiraba la mucama.

Notaban como la sangre les hervía de deseo, sus labios se encontraron en un beso intenso y sensual, Álvaro dio rienda suelta a sus impulsos y apartó a un lado la montaña de documentos apoyando en la mesa a esa mujer por la que tantas veces había perdido la cabeza.

-          Por favor no sigas…nos pod- las palabras se fundían en sus labios, deseaba a ese hombre con todas sus fuerza más a nada en el mundo

-          No me importa, deseo que seas mía, ahora- susurró presionando su entrepierna entre los muslos de Aba.

Esto hizo que  ella gimiera mientras le aprisionaba con la piernas, no podía dejar de besarle el pecho, ahora descubierto y de agarrarle con fuerza del pelo

La mano de Álvaro se coló en su falda, entre sus piernas, con el dedo índice y corazón empezó a acariciar sus partes más intimas provocando quese excitase vacilante.

Bárbara con lujuria le desabrocho el pantalón , el bóxer y abrió las piernas invitándole a entrar, él con ansia empezó a besarla mientras lentamente la penetraba

Ella cerraba los ojos contorsionándose por el frenesí, se mordía los labios mientras pellizcaba sus pezones provocando que él se excitara todavía más, la cogió con fuerza de las nalgas y empezó a penetrarla con fuerza, mientras ella le arañaba el pecho suplicándole en cada embestida que no parase.

El clímax les llegó con tanta fuerza que se sorprendieron mordiéndose el uno al otro reprimiendo un grito de placer, jadeaban extenuados mientras se miraban a los ojos, sin dejar de besarse.

Apenas había acabado de vestirse cuando llamaron a la puerta

-          Papa estas ahí?

-          Dios mío- susurró Aba- lo sabia! lo sabia! casi nos pilla

-          Shhh… estas lista?- pregunto nervioso mientras tiraba papeles al suelo, ella le asintió aún jadeante- pasa hija estamos aquí

Lex abrió la puerta vacilante – estamos?- pensó

-          Oh! Que ha pasado?- Aba y su padre estaban de rodillas en el suelo cogiendo los papeles esparcidos por despacho.

-          Ya ves mi niña, soy una patosa… he querido abrir la ventana y se han volado todos los documentos de tu padre- dijo sin levantar la vista del suelo.

-          Ammm… os ayudo?- pregunto indecisa

-          No!- cortó su padre- esto…. Que querías hija?

-          Veras… tenemos hambre… quería decirte que te esperamos en el restaurante del hotel

-          Perfecto cariño ahora bajamos, en cuanto ordenemos todo este caos

-          Vale papa, os veo ahora no?- pregunto Lex perversa

-          Si mi niña, en un momento estamos hay- confirmó la mucama

Lex cerró la puerta y se alejó pensativa

-          Lo sabe

-          Tranquila no se ha dado cuenta

-          Tu crees?

-          Confía en mi

Lucas esperaba a Lex en la puerta del ascensor cuando esta se acercó

-          Ei princesa te pasa algo? Pareces… no se … rara

-          No se que decirte….

-          Pero que ha pasado has discutido con tu padre?

-          Mi padre? No

-          Y Aba? No viene a cenar o es que te has peleado con ella?

-          Está en el despacho, con mi padre- dijo con la mirada perdida

-          Cariño- dijo acercándose a ella y besándola- estas bien, dime que te ocurre

-          Mi padre y Aba tienen una aventura

BUENO, ES LA PRIMERA VEZE TENGO QUE ESCRIBIR ALGO ASI, O QUERIA PROVAR CON ELLOS PRIMERO HABER QUE OS PARECE, DECIDMELO POR FAVOR!!!!

Te protegeré siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora