Capítulo 94

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~Pov Anna~

*Tres Años atrás*

Mis manos temblaban y mi pulso estaba acelerado por los nervios. No podía evitarlo, este momento le daría a mi vida un antes y un después. No sabía si para mal o para bien, pero tenía fe en que todo saldría como yo lo esperaba.

Estaba oculta en una esquina, esperando a que él saliera, pues lo había visto ingresar al salón de música hace tan solo unos minutos, si todo salía bien y según lo planeado en cuanto terminé buscaré a Amber y le contaré cada detalle, sé que debí decirle como me sentía antes, pero quería que por el momento el conocimiento de mis sentimientos siguieran siendo solo míos, siempre fue mi mejor amiga, desde pequeñas, y si ocurría lo que tenia previsto, estoy segura de que ella saltaría junto a mi.

Al fin lo veo, sale con su mochila en el hombro y una pequeña sonrisa en su rostro, es tan... Lindo, es el primer chico que me ha llamado la atención.

No sólo es inteligente, sino atento, bueno y es de esas personas que siempre sabe que decir.

—Seth. —lo llamo —¿Ya te vas? —pregunte aun sabiendo su respuesta.

—Hey, Anna, si, lo siento, es que debo estar en casa temprano, aun no he terminado de empacar. —respondió. Lo sabía, sabía que está era mi última oportunidad, se mudaría, no lo volvería a ver, pero necesitaba decirle lo que sentía, hacerle saber que lo recordaría, que haría que todos lo recuerden, aunque una persona como él, nunca sería fácil de olvidar.

—Lo sé. —Murmuré—Pero, ¿Po-podrías acompañarme? Necesito decirte algo.

Él dudo unos minutos, pero finalmente acepto.

Lo guíe hacia el jardín trasero de la escuela, pues aunque ya había terminado el horario escolar, aun nos encontrábamos en ella, a causa de la despedida que todos habíamos organizado para él.  Con permiso de los profesores, por supuesto.

—Yo.. Estoy algo nerviosa, es decir no es como si tu me pusieras nerviosa, bueno si, pero ese no es el punto, es lo que debo decirlo que me.. —me calle, estaba desvariando, siempre me ocurría cuando estaba nerviosa, tome una profunda bocanada de aire, y dije la razón de mi ser, en este preciso momento —Me gustas. Tú sonrisa, tu voz, tu ojos, todo... Tú. Me gustas, Seth. —confese.

El callo por unos minutos, su rostro era una máscara indescifrable.  Hasta que una tierna sonrisa tomo lugar.

—Wow, vaya, no me lo esperaba. —dijo, rascando su nuca incómodo —Mira, Anna, lo siento, de veras, pero... Me gusta alguien más, y justo antes de que tu me hablarás, acababa de confesarme. —era evidente la culpa en su voz—Y ella... Me correspondió, o eso creo. Lo que quiero decir, es que.. incluso así, debo aceptar que no podré estar con ella, con nadie de aquí —aclaro —Lo siento, pero aun si ella me hubiera ignorado, me sentimientos hacia ti, seguirían siendo los mismos.

Lo observe, jamás medite la posibilidad de que él estuviera enamorado de alguien más. Creí que como se iría, simplemente me daría lo que quería y ya, no esperaba un rechazo tan formal, ni siquiera esperaba una relación, pero aún así, duele, duele demasiado, porque hubiera aceptado que se riera de mi, pero saber que alguien más tenía su corazón, me destruyo, ¿Por qué, quién puede competir contra ello? Incluso se puede vencer la distancia, pero ¿Esto? No lo creo.

Luego de eso se disculpo nuevamente, me hizo prometer que seguiríamos siendo amigos y se marcho. Llevándose mi corazón con él.

Cruce los mismos pasillos que minuto antes había cruzado con él, en busca de Amber. La encontré unos minutos después salir del mismo salón, del cual antes había salido Seth.

Ella se da la vuelta, pues estaba de espaldas a mi, y me ve, corre a mi lado con una gran sonrisa en su rostro.

Quiero tirarme a sus brazos, contarle cada detalle de como mi corazón se fue rompiendo.

Pero sus palabras me detienen.

—¡No lo vas a crees! ¡Seth, se me confesó! ¿Puedes creerlo? Porque yo no, estoy tan emocionada, es decir no estoy enamorada, pero el siempre fue tan bueno y atento conmigo.. ¡Me dio mi primer beso! Oh dios mio, no puedo creerlo.. —decía ella, sin prestar la más mínima atención a mi expresión, porque estoy segura de que si antes estaba rota, ahora era polvo.

¿Pueden las palabras tener esa clase de efecto? Dicen que las palabras duelen más que cualquier otra cosa. Es verdad, porque tu cuerpo sana, las heridas se desvanecen, la piel se regenera, pero cuando se lastima a través de palabras, créeme, no hay nada que puedas hacer para enmendarlo, porque ellas se quedan grabadas a fuego, y te atormenta cuando menos lo esperas, y a menos que tengas un botón  de "Reiniciar" o de "Eliminar recuerdo", ellas siempre estarán allí, para recordarte tu miserable existencia.

Desde ese día, dejé de ser yo, note como todo de lo que creía tener control, se escapaba entre mis dedos, tal y como la arena o peor, el agua, note como la atención que antes creía era mía, en realidad era de ella.

Incluso años después la historia se seguía repitiendo.

Y Oliver, él no fue la excepción.

Hola, Extraño.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora