La Unión de la Fuerza - I: Un nuevo comienzo

18 - El hombre detrás de la mascara

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El hombre detrás de la mascara

Chris no lo podía creer. Black parecía horrorizada y Mirco por primera vez se mostró asombrado.

Tal vez era una broma de mal gusto o quizás era otra fase de la prueba. Todo aquello debía de ser un sueño. Pero el rostro severo del Maestro Badoer expresaba lo contrario.

Chris quería protestar pero no podía hablar, se sentía como si estuviera paralizado.

- ¿Por qué nos reprobó? – habló finalmente Black que parecía haber recuperado el valor.

- Porque hacen exactamente lo que les digo y caen en todas mis trampas al igual que todos los equipos que he tenido que reprobar – dijo el Maestro Badoer - Tantas veces les he dicho que esto es un "trabajo en equipo" y solo piensan por sí mismos. – luego siguió por el camino que se adentraba más al bosque – Lleguemos a Col de la Frontera, ya casi estamos cerca.

Chris nunca se había sentido tan decepcionado, su corazón latía más rápido que nunca. Se le revolvió el estómago al imaginarse a Armeny, Danny, Lisa y los demás convirtiéndose en psíquicos y haciendo misiones para la Fundación, mientras el andaba por ahí sin poder hacer nada.

Durante el camino, Mirco parecía haber vuelto a la normalidad, no tener ninguna expresión en el rostro. Por otro lado, se había intercambiado los roles, esta vez Chris observaba a Black con una mirada asesina. Pero ella desviaba la mirada, estaba muda, seguramente sumergiéndose en la culpa por haberlos hecho reprobar el curso. Chris tenía ganas de insultarla hasta más no poder, a pesar de que era una buena persona gracias a la educación de su abuelo.

- Bien, ya llegamos a Col de la Frontera – dijo el Maestro Badoer – Pasaremos la noche aquí.

Al frente de ellos había una jungla con inmensos árboles que median aproximadamente un kilómetro, y dentro de las copas de estos árboles había una especie de ciudad edificada.

Pasaron por una especie de puente que conducía a un gran árbol enorme que tenía varios niveles de mini ciudades.

Unos hombres custodiaban la entrada y en cuanto vieron al Maestro Badoer pasar, hicieron algún tipo de reverencia.

Se adentraron en aquel árbol grande y bajaron por unas escaleras de madera que conducían a otros niveles de aquel pueblo. El Maestro Badoer los llevo ante una puerta y los hizo pasar a una especie de establecimiento para alojar huéspedes con varias habitaciones separadas, todo estaba hecho de madera.

Al atardecer, mientras todos comían algo en el comedor, Chris notaba algo raro y durante horas rompió aquel incomodo silencio.

- ¿Dónde están los demás? – quiso saber Chris.

El Maestro Badoer lo observó mientras tomaba su taza de té caliente, Mirco lo miraba con curiosidad pero Black era diferente, tenía su mirada dirigida a su plato de tortillas.

- Vendrán aproximadamente a medianoche pero algunos equipos llegarán a Col de la Frontera y otros se desviaran a la capital del País Latino, Valle Gran Rey. – dijo el Maestro Badoer – Ustedes terminaron muy rápido, así que no hay prisa – terminó la frase con malicia.

Chris se arrepintió al haber preguntado eso, sintió una punzada en su estómago. No quería imaginarse las caras de vergüenza de sus amigos por el a decirle que había reprobado.

Black se levantó de su asiento y no terminó de comer. Subió por las escaleras que conducía al pasillo, llegó a su habitación y cerró la puerta muy fuerte.