EPILOGO

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La Capilla de la Academia de Cristo no podía alojar un alma más. Rosas blancas, lirios y helechos adornaban cada banco del pasillo central y en el sencillo altar, un gran adorno con la misma variedad de flores esperaba pacientemente.

Salí de la oficina, por detrás del pastor Miller y me detuve a la derecha del arreglo floral. Mientras miraba a los invitados, distinguí el familiar guiño de ojo de Lucy, el pulgar hacia arriba de Carter y la sonrisa de Emma Reynolds.

No podía creer lo que me estaba sucediendo. A mí. El hombre que pensaba que su vida era perfecta como soltero.

Desde que conocí a Natalie cada minuto que pasaba, valoraba aún más lo que ella había traído a mi vida.

Hoy, yo era el hombre más feliz. Y planeaba ser más feliz en los días venideros.

Mientras las primeras notas fluían de los tubos del órgano, un terrible pensamiento me vino a la mente. Mire a mi hermano mayor Dante y le pregunta en voz baja: —Los anillos, ¿tienes los anillos?

Dante asintió y sonrió indulgente.

—Los tengo resguardado—susurro, palpándose el bolsillo del saco.

Luego todos se pararon. Miraba la entrada. La imagen de satén y encaje que venia del brazo de su padre me dejo sin respiración.

Natalie.

Querido Dios, yo la amaba. La amaba tanto.

Ella estaba más hermosa que nunca. El velo blanco apenas ocultaba sus bonitas facciones y debajo de la corona de flores que lo sostenía, su pelo rojo resplandecía con la vibración que hacia comenzado a asociar con ella.

Natalie me sonrió y se acercó pausadamente.

Observé la sencilla elegancia de su vestido, entallado y realizado en satén con aplicaciones de encaje cortado a la cintura, luego caía una falda en cascada hasta el piso.

En la mano llevaba un ramo, uno muy particular, un ramo de novia original que había encargado especialmente para la ocasión. Entre las orquídeas y las rosas se encontraban un par de pequeños globos con forma de corazón, uno decía: "Se mi" y el otro: "Valentín".Me comence a sentir aturdido y abrumado, mire fijamente la canaste de flores y follaje en las manos extendidas de Selena. Una par de globos de helio con forma de corazon revoloteaban sobre mi cabeza, uno decia: "Se mi", y el otro, "Valentin". Aun desde la cama,vi la caja de color carmesi de chocolates apretujada entres los crisantemos, claveles y quien sabe que otras flores.

No es coincidencia©Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon