Capítulo 9

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Capítulo 9

Simón había dormido hasta tarde tras el incidente del día anterior, y había estado parte de la mañana repasando una y otra vez cada uno de los folios que robó de la casa de Ángel hasta casi memorizarlos.

Ese apellido correspondía al de la familia de Rosa; uno de sus hermanos estaba involucrado en el secuestro de David y posiblemente en el asesinato de Pizu, incluso en el de Sanchez Faneca. Desde que lo había leído no paraba de darle vueltas al asunto; no sabía si avisar a Rosa, después de todo ella desconocía lo que realmente estaban investigando; tan solo tenía el nombre del mafioso y no podría contar nada excesivamente revelador. Además, eran sus malditos hermanos, no los imaginaba torturándola para sacarle el nombre de su fuente, sin embargo... ¿Y si los jefes de estos si lo hacían? Tendría que haber decidido como actuar la noche anterior, pero ahí seguía sin saber que hacer, faltándole la chispa que antaño había poseído, la intuición del buen detective.

De todas maneras aún dudaba que Rosa creyese el turbio asunto en el se estaban metiendo; mafiosos legendarios enterrados en pueblos de mala muerte, profanaciones de tumbas, inspectores de policía colaborando con el crimen, la mayor familia del país relacionada con asesinatos; seguida por aristócratas desaparecidos, su hermano muerto y hasta una pobre viuda afligida con una nota extraña...

Notaba que su cabeza estaba a punto de explotar. Con suerte Juanjo no haría muchas preguntas y realizaría las pruebas sin sospechar. Además, Rosa era buena mintiendo y podría ocultar secretos al mismísimo diablo, ¿por qué no iba ha lograrlo también con su hermano? Había pensado incluso en entrar furtivamente en la casa de sus ex-cuñados para buscar pruebas; una autentica locura que había desechado, no era lo mismo entrar en una casa de un barrio marginal propiedad de un matón de poca monta, a hacerlo en un chalet con alarma y seguridad, en una de las urbanizaciones más ricas.

Estuvo a punto de arrojarse en los brazos de la bebida para aligerar la carga, pero logró resistirse en el último momento, tenía que estar lúcido para la tarea que se había encomendado, no podía flaquear.

Al final, cuando la tarde estaba bien entrada, tomó sus llaves y salió en busca de Elizabeth; era el punto más débil del cual partir hacia cotas mayores. Podría ser una pequeña joven de aspecto inocente, pero iba a responder unas cuentas preguntas como se llamaba Simón.

Tuvo que tomar el transporte publico ya que su vehículo había sido abandonado en la prensa de una chatarrería local al otro extremo de la ciudad. Cuando la noche anterior salía de dicho lugar lo último que vio fue como dos gigantescas planchas de acero estaban convirtiendo el que fuera su auto durante doce años en un cubo de metal de un tamaño ridículo.

El viaje no fue rápido y se hizo pesado, teniendo que cambiar de autocar hasta en tres ocasiones para llegar al barrio rico, de gente importante y adinerada. De hecho, solo unas casas más allá de la vivienda de Elizabeth tenía su morada uno de los hermanos de Rosa, y el otro a solo unas calles de distancia.

Poco a poco las calles estrechas del casco viejo donde él vivía fueron quedando atrás, siendo sustituidas por las amplias arterias del centro, con varios carriles en cada dirección y bien pavimentados. Y más adelante, a medida que se iba acercando al complejo de apartamentos lujosos donde vivía Elizabeth, el número de zonas verdes crecía; más árboles en los acerados, más plazas y más parques. El área al que se dirigía estaba prácticamente rodeado por bosques en un emplazamiento único de la provincia, justo al norte de la ciudad.

Antes de partir había llamado al teléfono que la hijastra de Fornieles le dejó en su visita dos días atrás, para cercionarse que estuviera en casa esperándolo. No quería hacer un viaje para nada perdiendo toda una tarde de forma absurda. Así que cuando llegó y llamó a la puerta ella se encontraba aguardando su visita: Pero para sorpresa del viejo detective, no estaba sola.

La profanación (Paralizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora