Take Me As I Am (Traducción)

Cap.1

Cap.1

-Apágala. -Pedí mientras bajé el brazo para golpear a ciegas a Caleb y hacer que apague la maldita radio.

-¿Qué?

Caleb levanta una ceja con una pequeña sonrisa entre sus labios. Me coge la mano y se pone a cantar a gritos en mi cara.

-“YOU DON'T KNOW YOUR BEAUTIFUL”.

-Guapo, apágala, por favor.

Repito haciendo una mueca. En ese momento, Devin obediente apaga la radio.

-Eres una adolescente muy rara Al, que no te guste “One Direction”.

Bromea Nick.

-Creo que debe haber unas ciertas reglas para las chicas. Ya sabes, como “Todas las chicas tienen que estar enamoradas de One Direction”.

-Si, Allison. ¿Por qué no te gustan?.

Contribuye Caleb a la broma. Los tres se ríen como locos, obviamente disfrutando del echo de que pueden hacer equipo contra mi. Si no los conociera mejor los estaría golpeando de mala manera ahora mismo. Pero los conozco des de que era muy joven y me han ayudado a pasar por muchas cosas, se que lo único que puedo hacer son comentarios sarcásticos molesta.

-No os atreváis a llamarme Allison. Sabéis perfectamente que os haré daño si lo hacéis otra vez. Y sobre esas pequeñas monadas y pegajosas estrellas pop. No son reales, todo lo que dicen ha sido escrito por alguien para luego chupar dinero de pobres e inocentes y femeninas adolescentes que creen que tienen la oportunidad de casarse con alguno de ellos.

Respondo. Los tres chicos empiezan a reírse de mi discursito, pongo los ojos en blanco.

El tema de mi abundante aversión a las falsas bandas de chicos, termina y le cojo el portátil a Devin, abriéndolo rápidamente para hacer el cotidiano chequeo al Facebook. Los cuatro no tenemos ningún problema en coger las cosas de los demás, lo que es suyo es mío, y lo que es mío es suyo.

A sido así des de que nos juntamos seis años atrás. Chiquillos de once años que se conocen en la escuela, durante una alarma de incendios. Si, fue una extraña historia. Pero cuando Nick y yo decidimos meter a Caled y Devin en nuestra pequeña broma a la profesora, supimos que nosotros tendríamos una gran amistad.

Lástima que la maestra vio el pegamento de su silla.

Des de entonces, todos hemos mejorado en nuestras gamberradas y no nos han vuelto a pillar.

-Eso ha sido un golpe bajo.

Gruñó Nick a Caleb, mis ojos se fijaron en la pantalla donde los dos chicos estaban jugando al “Call of Duty”.

Era una típica noche de Domingo, los cuatro en casa de Devin haciendo el tonto y comiendo todo lo que pillábamos. La madre de Devin, tía Kelly, nos conocía lo suficientemente bien como para pedir tres pizzas y hacernos cuatro docenas de galletas.