¡No, no estamos locos! XVII

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Te invito a quererme,
tú, eres mi vicio
y yo soy la carne...
que te entra muy lento.

Fuego caprichoso,
beso que te quema
y que te consuela
con orgasmos sin fin.

Deshielo profundo...
dentro tus entrañas,
con la furia ciega.
La pasión de un loco.

Arde en mí tu carne...
por beber dichoso,
jadeante y loco.

Tus gritos, los míos
dos al unísono...
gimiendo y gritando
¡no, no estamos locos!


Duele la memoria (poemas en el aire)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora