Mandarina abierta, olorosa, diáfana

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 Mandarina abierta, olorosa, diáfana     

 

 

 

Me susurra como suspiro de golondrina

y se abre y enciende como pétalo de rosa

cuando mis caricias profundizan... y adivina,

con delicioso empeño, hasta qué punto abrasa,

 

la horquilla lujuriosa que mi cuerpo aglutina

sobre su piel lisa excitante y apetitosa:

mandarina abierta, olorosa, diáfana:

ríe feliz, de ser poseída por mi gustosa.

 

Fruta dulce en mi boca, manjar de dioses vivos:

poder le fue dado, sobre el hombre y para el hombre,

para su goce, delirio, vida o desengaños.

 

Flor que me incendia, me quema, fascina y da  hambre:

 que se me arrulla sumisa y fiel ante mis besos...

pasión que se vive en los sueños y ahora es... ¡libre!

Duele la memoria (poemas en el aire)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora