No hay nada en el mundo como el amor de los hijos

29 3 5
                                    



Es difícil para mi no poder mostrarme abatido...

no os tengo aquí, adorados hijos míos... abrazados.

Larga se hará la noche, pensando ¿me estarán pensando?

no les quiero preguntar; que disfruten de sus petardos.

Mientras tanto, echaré a volar la vista atrás y abriendo

de par en par mi corazón... pensaré que están dormidos,

aquí, arrimados a mi cuerpo, mientras yo... llorando;

les leo feliz, sus cuentos amados y preferidos.

Tal vez mañana sea otro día... y, puede que las ansias...

tengan otras alegrías... aunque no serán las mismas;

ellos fueron, son y serán... mis únicas alegrías.

Desde este rincón del mundo, hijos, no tengaís dudas;

os amo profundamente y sois mi vida... mis semillas.

Un punto de unión ineludible... ¡las entrañas mías!

Duele la memoria (poemas en el aire)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora