Capítulo 60: No puedo vivir sin ti.

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Había pasado una semana desde lo de Alex. Llevaba una puta semana acoplada en casa de Guille, sin salir, usando ropa suya que le iba terriblemente ancha. Cada día que pasaba, Guille intentaba que saliese a dar una vuelta con el, pero siempre me negaba. Estaba siendo increíble conmigo, sin duda era el mejor "hermanito" del mundo.

Por desgracia, seguía llorando cada noche y amando con locura a Alex.

Los padres de Guille y su hermana también habían sido increíblemente buenos conmigo, me habían acogido como si fuese su hija, y les estaría eternamente agradecida por todo. Los chicos se habían pasado de vez en cuando por ahí para hablar un rato y hacer tonterías para intentar animarme, pero ninguno conseguía hacer lo que Alex conseguía con un solo beso suyo. Por desgracia, quizá nunca volvería a sentir esa piel rozando la mía.

Alex no había hablado con sus amigos ni subido un solo vídeo desde que todo eso pasó.

Resumiendo, todo iba como una mierda, hasta que tocaron al timbre para empeorarlo todo más.

Guille fue a abrir pensando que sería otro de los chicos que venía a pasar la tarde ahí, pero se equivocó, era Alex.

-Vete. -Dijo Guille al verlo.

Yo me encontraba en el sofá, intentado esconderme con lo que fuese, pero no había nada para hacerlo, así que solo pude quedarme observando y deseando que se fuese de ahí.

Alex tenía una pinta horrible, estaba más flaco de lo normal, con la piel demasiado pálida y unas ojeras terribles bajo los ojos.

-Por favor... -Dijo él mirándome a mi, yo aparté mi mirada, tenía ganas de llorar.

-He dicho que te vayas. -Dijo Guille, cortante.

-Tengo que hablar con ella.

-Pues ella no quiere hablar contigo.

-Por favor Willy, tengo que arreglar esto.

-La jodiste bien, ya no puedes arreglar nada.

-¡Pero tengo que intentarlo! -Gritó.

-¡Me...

-¿Que quieres? -Corté a Guille. Me dolía más que nada hablar con él en esos momentos, pero le quería demasiado y no pude evitarlo.

Ambos me miraron sorprendidos, y Guille se apartó de la puerta para que Alex pudiese dar un paso más.

-Yo... -Noté como le temblaba la voz- Lo siento. Sé que no es suficiente, pero lo siento. No quise escucharte, al volver empecé a beber y... Pasó lo que pasó. Yo... Lo siento.

No dije nada, me quedé mirándolo. ¿Con eso esperaba arreglarlo todo? ¿Ha tardado una semana para venir a decir eso?

-Perfecto. -Me levanté y me dirigí a la habitación de Guille, pero una mano me agarró y me obligó a girarme.

Era Alex. No sabía como había llegado tan rápido hasta mi posición, yo tenía ganas de llorar. Sentía cómo temblaba con el contacto con su piel.

-Suéltame. -Intenté sonar segura, pero hasta mi voz estaba temblando.

-No. No hasta que hables conmigo. -Dijo decidido.

Me quedé unos segundos mirándolo y después le guié hasta la habitación de invitados en la que dormía yo esos últimos días. No sin antes girarme a sonreír a Guille para decirle que todo iba bien.

Una vez dentro de la habitación, pude observar bien su cara, tenía una pinta horrible, más de la que había imaginado desde el sofá cuando él había entrado en casa. Aunque sinceramente, yo tampoco me quedaba corta.

-Si quieres volver a pedir disculpas, no te molestes. -Dije- No quiero oírlas.

-Iba a contarte que estaba borracho cuando hice lo que hice, y sólo fue un beso, nada más. Lo siento, joder.

Me quedé en silencio. Eso seguía sin arreglar nada, así que Alex volvió a hablar.

-Yo... Debí haberte escuchado. Pero te quería demasiado que el solo hecho de verte con ese chico me mataba, encima después de haberme dicho lo que me había dicho.

-¿Es todo lo que querías decirme?

-¡No se que más debo decirte para que me perdones!

En realidad yo tampoco lo sabía, solo esperaba algo más.

-Esto no tiene sentido... -Dije yo.

-¡Ya lo se! -Dijo él desesperadamente- Pero estoy harto de fingir que puedo vivir sin ti. ¿No lo ves? ¿No entiendes que esto está matándome?

Me quedé en silencio. No sabía que decir.

-Yo te amo, joder. -Dijo él- Y no sé que más puedo hacer para que me perdones. Debí haberte escuchado en vez de comportarme como un imbécil. Yo... Necesito tus besos tanto como necesito aire, y sé que esto suena gay pero es la verdad.

Me quedé mirándolo, veía sinceridad en sus ojos, sabía que estaba diciendo la verdad. Quería responder algo pero estaba demasiado nerviosa como para decir nada.

-Bésame, entonces. -Dije sin pensarlo, pero era lo que realmente quería.

Alex presionó su boca contra la mía, mientras nuestros corazones latían al unísono. Me dejé arrastrar por la sensación que sus besos provocaban en mi. Y es que Alex podía hacerme todo el daño de el mundo, pero yo sería incapaz de dejar de quererle.

Bienvenida a tu nueva vida [Alexby y tu]Where stories live. Discover now