Soledad

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Abril


El otro día, justo antes de que Zail, Kyle y Hans entraran al salón, todos los restantes estaban hablando sobre como ellos desesperaban, yo sólo escuchaba, en ciertas partes tenían razón y lo único que podía hacer era quedarme callado y escuchar, hacia preguntas sobre si yo también era igual que ellos (porque hubo un tiempo en el que yo quería ser como ellos) y siempre me contestaron que no.


-Pues yo sólo sé que no les caigo bien, así que compartimos sentimientos mutuos. –gruñó Vlad.


-Eh, me desesperan a veces, y luego les contesto mal para que me dejen en paz y ni así lo hacen. –comentó Zury, jamás me lo esperé de ella, así que abrí los ojos de par en par.


Zail y Zury se traían algo, yo lo sabía, porque una vez Zury me lo dijo. Ahora lo dudaba.


-Pero me dijiste una vez que te gustaba. –dije confundido.


-¿Te gustaba Zail? –le preguntaron todos sorprendidos, quise que Zail viniera otra vez y me cortara la cabeza, y luego que la partiera en cachitos.


-ANTES –recalcó Zury casi gritando –ahora ya no. Me gusta otro tipo.


-Cool. –dijo Ismael mirándolo fijamente.


-Entonces somos 8 contra 3 –dijo triunfante Vlad.


-¿Y porque sigues siendo su amiga? –le pregunté a Zury.


-Porque no tengo nada mejor que hacer. –se encogió de hombros y todos reímos. –Después de todo me mudo a Alemania.


-Uff eso le romperá el corazón a Zail. –contestó Ian con una sonrisa malvada en su rostro. Zury se volvió a encoger de hombros y reímos.


-Pero en sí no son malas personas, yo confío en ellos, sólo son un poco... -busqué la palabra.


-¿Siempre quieren llamar la atención? –preguntó Amme. Una vez le pregunté eso a Zail y me dijo que no, pero tal vez Kyle sí, y se le notaba en la forma en como siempre llegaba al salón del club, gritando y riendo.


Tampoco quiero decir que ser feliz está mal, pero no sé. Empezaba a darme cuenta de muchas cosas mientras más me juntaba con Ismael y Vlad.


-¿Estúpidos? –propuso Ismael.


-¿Infantiles? –opinó Ian.


-Extrovertidos, sí. Esa era la palabra. –le sonreí a Zury y me devolvió la sonrisa.


-Son como cualquier ser humano, tienen sus ventajas y desventajas. –dijo Amme para suavizar las burlas de los demás.


-Así es, tú tranquila. Serán raros pero excelentes amigos. –le volví a sonreír, sentí como se me humedecían los ojos y volteé a otro lado.

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