Independencia de EUA

103 11 0
                                    

-¡Juguemos! –grité feliz.


-No, jugaremos mañana. –dijo Vlad, era martes y casi nadie venía al club porque estábamos en exámenes y por el frío, claro que sólo los más inteligentes (o más bien, los que tuvieron la suerte de exentar) se quedaron, es decir, Amme, Vlad, Annette, Yusuf y yo.


-Pero nadie se dará cuenta. –dije con el mismo tonito para convencer a mamá de que a mí también me comprara un helado o un café.


-Todos se dieron cuenta de que no vieron el Renacimiento. –advirtió Annette.


La primera vez que entramos al NOVOCAINE sin la mayoría de los miembros fue en el Renacimiento, cuando desapareció de la lista de faltantes todos se quedaron confundidos, Amelie tuvo que decir que fue una falla técnica.


Luego dejó bien claro que no volvería a mentir otra vez.


-Pensé que estabas de mi lado, Ann. –bufé.


-Pero Vlad tiene razón, se darán que la Independencia de Estados Unidos no está. –comentó.


-Te lo dije. –dijo con una sonrisa Vlad.


-¡Nadie se dará cuenta! ¡Te lo prometo! A nadie le importa Estados Unidos. –volví a decir.


-¡A mí me importa! –bramó Yusuf.


-Sí, sólo a ti. –le levanté el dedo y el me devolvió la expresión.


-¡Bien! Pero será la última vez. –dijo harta Amme.


-¡Gracias, Amelie! –sonreí.


-Con tal de que se callen. –respondió tratando de ocultar una sonrisa.


Nos conectamos y Annette se encargó de la ración de novocaína.


Misión:


Matar a los casacas rojas y defender a los nativos.


Sólo éramos 4 contra el mundo, me gustaba el trabajo de equipo, y más cuando mi equipo era el mejor, si todos hubieran entrado al NOVOCAINE, unos tendrían que ser los casacas rojas y otros los casacas azules y obviamente habría otra disputa, algo que realmente no quería.


Fue grandioso, botamos el barco del té y usamos cañones, tuvimos un pequeño mini-juego sobre navegación.


-No quedó nada. –murmuré, frente a nosotros había todo un valle sumido en cenizas, se suponía que teníamos que salvar a los nativos que se habían quedado refugiados allí.


Yusuf sacó su espada y la enterró dolido en aquel lugar.


Between Games! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora