Haciendo transmisiones de Dc en Marvel

181 Ironman 2: La ira de Tony Stark

Allen tiró a Iván por la habitación un par de veces como un viejo trapo. Luego lo agarró, lo levantó y lo sentó en una silla.

La gente podría pensar que Allen solo estaba jugando con Ivan, pero no era así, estaba realmente enojado con él y no le importaba que lo regañaran por infringir algunas leyes. En ese sentido, tal vez estaba abusando de su poder porque sabía, al menos por el momento, que no había forma de que pudieran castigarlo.

Allen agarró la cabeza de Iván y la tiró hacia atrás. Rebecca, entendiendo la situación, tomó la vela de su mano y, con una risa enloquecida, la metió por la garganta de Iván.

El hombre intentó gritar, pero no pudo. Sintió que la vela le abría la garganta de una manera muy desagradable, mientras que la cera caliente lo quemó, pero no pasó mucho tiempo antes de que sintiera la necesidad de vomitar. Desafortunadamente, no pudo y tuvo que soportar la incomodidad de tragar su propio vómito.

Wednesday tosió. "Aunque la tortura puede ser uno de mis pasatiempos favoritos, en este caso, ya que es un interrogatorio, deberías hacerle preguntas".

"Cara, tienes razón. Fue tan aliviador darle una paliza que casi lo olvido", Allen agarró a Ivan por el pelo. "¿Qué desayuné?" Después de preguntar, Allen le dio una bofetada a Iván. Los ojos de Rebecca se iluminaron, y ella preguntó ansiosamente su propio apellido antes de darle una patada en las pelotas.

"¡AAHHHHGG!"

Iván cayó al suelo, retorcido de dolor. Su fachada de ser duro se derrumbó. Estos locos no estaban tratando de extraer información, solo querían herirlo y humillarlo.

Buscó cualquier cosa que pudiera usar, tal vez tomando a una de las mujeres como rehén. Confiaba en sus habilidades físicas. Sin embargo, cuando cerró los ojos con Esdeath, su corazón se hundió. Estaba seguro de que moriría si intentaba algo.

"Rebecca, ni siquiera sé tu apellido, ¿cómo lo sabría?" Allen le agitó el pelo a Rebecca.

"¿Huh? Mi apellido es muy simple", dijo Rebecca. "¿Y tú? ¿Cómo iba a saber alguien lo que desayunaste?

Mientras Allen y Rebecca discutían, Iván se recuperó lo suficiente como para moverse, y su atención se centró hacia Wednesday . Ella parecía ser la menos amenazante de todas.

No es que Iván tuviera miedo de morir, estaba listo para ello. Sin embargo, quería que su venganza se cumpliera antes de eso. No había nada más para él que la destrucción de Stark.

Iván se preparó, mirando a su objetivo. Tal vez ni siquiera pudo dar un paso con lo monstruoso que era Allen. Sin embargo, tuvo que intentarlo. En este momento, era poco más que un juguete para ellos.

¿Esto es legal? Por supuesto que no. Pero, ¿a alguien le importa? Tal vez muchos, pero ¿pueden detenerlo? La respuesta es no.

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– ¡Qué coño, realmente lo hizo!

- No me lo puedo creer... bueno, lo que sea, ¡el tipo es un maníaco genocida!

- Maldita sea, soy abogado y veo muchos crímenes... pero nadie me paga, así que no me importa.

- Maldita sea, soy policía, y veo muchos crímenes allí, pero honestamente, algunos criminales me dejaron con ganas de hacer lo mismo.

– Maldita sea, soy juez, y hay muchas cosas mal en este lugar, pero está fuera de mi jurisdicción...

Nadie puede ocultarlo; a veces uno llega a pensar que la ley no está de su lado. Ha habido casos de verdaderos monstruos que han cometido crímenes, pero cuando se trata de juzgarlos, simplemente tienen unos años de prisión.