Capitulo 11

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Gulf

Salí hacia el pasillo que si no me equivocaba me llevaría a las puertas grandes de cristal que daban al jardín trasero. Era cómo se veía el mar desde allí y como la brisa marina te envolvía con su olor y su calidez. Siempre me había el mar y la playa. En donde vivía antes era imposible de disfrutar de aquellos paisajes tan impresionantes y siempre que podíamos mi madre y yo nos escapábamos a las playas que más cercanas nos quedaban. No podía negar que me gustaba mucho disfrutar de aquellas vistas y de tener el martan cerca ahora que viviría alli.

Con aquellos pensamientos me acerqué hacia las tumbonas de madera que había junto a la impresionante piscina. Esta era rectangular con una cascada en la esquina que le daba al jardin un toque salvaje a la vez que elegante. La extensión de césped era impresionante y al fijarme bien descubrí que junto al acantilado que había a la izquierda del jardín había un jacuzzi colocado estratégicamente entre unas piedras enormes para poder disfrutar de las vistas de primera mano. Sobrecogida por todo ello me recosté sobre la tumbona, me quité el vestido cerciorándome antes de que no había nadie a mi alrededor y me recosté con la intención de ponerme morena y de conseguirlo en menos de una semana. Tenía que aprovechar las pocas semanas de vacaciones que me quedaban ya que dentro de tres empezaría las clases en mi nuevo y extremadamente caro instituto de Chicos idiotas. No quise amargarme el día pensando en ello y en vez de eso cogí mi recientemente adquirido iphone blanco de mi bolsillo delvestido.

Aún recordaba como Boonsak me lo había regalado la primera vez que se había quedado a cenar en mi casa. Había sido uno de los primeros regalos que me había ido dando a medida que la fechad de tener que mudarme se iba a cercando. Alguna parte de su cerebro debió de decirle que cuantas más cosas me comprara más contenta estaría de ir allí; que equivocado estaba. A lo mejor con su hijo aquello le funcionaba pero a mí estaba muy pero que muy lejos de comprarme con dinero.

Pero el iphone me lo quedé, claro.
Miré si tenía alguna llamada perdida de mis amigos o más importante, de mi novio Dan. Ninguna. Sentí un pinchacito en el pecho pero no me di oportunidad de agobiarme. Ya me llamaría, estaba segura... Cuando le había contado que debía marcharme se había puesto como una moto; Llevábamos saliendo nueve meses, y había sido mi primer novio oficial. Le quería, sabía que le quería porque nunca me había juzgado, porque siempre había estado a mi lado cuando le necesitaba... y además estaba para comérselo, cuando habíamos empezado a salir no había dado en sí de gozo, era la adolescente más feliz del planeta...y ahora había tenido que marcharme a otro país.

Abrí el chat y le dejé un mensaje:

Ya estoy aquí y te echo de menos, ojala estuviera contigo, llámame cuando lo leas.

Miré el mensaje y me fijé en que no se conectaba al chat hacía media hora. Con un suspiro dejé mi teléfono sobre la silla y me acerqué hacia la piscina.

El agua estaba a una temperatura perfecta por lo que me estiré, levanté las manos y sal té de cabeza. Fue liberador, refrescante y divertido, todo al mismo tiempo. Comencé a nadar disfrutando de poder liberar todas mis tensiones con el ejercicio.

Unos quince minutos después salí del agua y me recosté sobre la silla, esperando a que el sol hiciera su efecto. Cogi el teléfono para ver si me había contestado y al fijarme vi que Dan estaba conectado pero que aún no me había escrito.

Fruncí el ceño al mismo tiempo que mi amigo Beth me mandaba un mensaje.

Hola guapo, ¿qué haces? ¿El viaje bien?-me preguntó.

Sonreí y le contesté con un poco de nostalgia. Echaría de menos a mi mejor amigo.
Largo y aburrido; mi hermanastro es peor de lo que imaginaba pero intento hacerme a la idea de que ahora 1 que convivir con él. No sabes lo que desearía estar ahora con vosotros, jos echo de menos!-Le escribí sintiendo un  nudo en el estómago. Beth y yo estábamos en el mismo equipo de Básquet; yo había sido el capitan los últimos dos años y ahora que me había ido el puesto se lo había quedado el. Me alegré al ver lo contento que se ponía, por lo menos se podía sacar algo bueno de mi marcha, aunque nunca pensé que se pondría tan contenta... Nunca me había mencionado que ansiara ser capitana del equipo.

Hermanatros (1)Where stories live. Discover now