Capitulo 9

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Mew

Mierda

-¿Qué mierda le has echado?-le pregunté al imbécil que tenía cogido por la camiseta.

El muy idiota me miraba completamente aterrorizado.

-¡Contéstame joder!-le grité maldiciendo el día en el que había conocido a mi hermanastra, y también maldiciendo al imbécil de Zack Rogers por haberlo traído a una fiesta como esta. -Joder tío-dijo con los ojos abiertos de par en par-GHB-admitió cuando lo estampé contra la pared.

Joder... esa era la droga que utilizaban los capullos para poder violar a un tío. Era incolora e indolora y por eso resultaba tan fácil meterla en la bebida sin que te dieras ni cuenta.

El solo hecho de pensar en lo que podría haber pasado me nubló la mente. Aquella noche iba a terminar con los puños hechos una mierda. Le golpee tantas veces que perdíla cuenta.

-¡Mew, paral-gritaba una voz a mis espaldas. Detuve el puño antes de volver a estamparlo contra la cara de aquel hijo de puta.

-Vuelve a traer esa mierda a una de mis fiestas y lo que te he hecho hoy te parecerá una caricia en comparación.-le dije cerciorándome de que escuchaba cada una de las palabras pronunciadas.- ¿Me has oido?

El imbécil se fue tambaleando y sangrando lo más lejos posible de mi. Me giré y me encontré con un Gulf completamente aterrorizada.

Algo se movió en mi interior cuando vi aquella expresión en el. Joder, por muy poco que lo soportara y por muchas ganas de matarlo, nadie se merecía que lo drogaran sin consentimiento y menos para hacer lo que seguramente le hubieran hecho de no haber estado yo alli.

Me acerqué hacia el observándola con detenimiento.

Tenía los ojos desorbitados, pero los tenía así desde que le había dado una paliza a Zack, por lo que aún no se veían los efectos de la droga.

-¿Qué era lo que has bebido?-le pregunté cuando llegué hasta el.
No me contestó, simplemente se me quedó mirando boquiabierta, asustada y temblorosa. Joder, Gulf, no voy a hacerte daño, ¿vale?-le dije sintiéndome como un delincuente, cuando en realidad yo no le había hecho absolutamente nada.

Cuando lo dejé tirado, supuse que simplemente llamaría a su madre y que se iría con nuestros padres a casa. No se me ocurrió que se subiría al coche del primer imbécil que parara y que vendría directamente a la fiesta menos apropiada para una chica como ella.

-¿Qué me he tragado?-me preguntó tragando saliva y observándome como si fuese el mismísimo diablo.

Suspiré y miré hacia el techo mientras intentaba pensar con claridad. Mi padre me acababa de llamar para preguntarme dónde demonios estaba Gulf. Su madre estaba preocupada, y le había dicho que la llamaría cuanto antes, que Gulf se había venido conmigo a casa de Erik, y ahora mismo estaba mirando una película con su hermana.

Había sido una mentira del todo improvisada pero mi padre no podía enterarse de lo que había ocurrido aquella noche, ni de donde había estado. Ya me había salvado de suficientes situaciones dificiles como para que ahora

se enterase de que todo seguía absolutamente igual. Bastante me había costado mantener mi vida privada en la sombra, y no pensaba dejar que alguien como Gulf lo estropease. En menos de un día había conseguido tocarme las narices más que cualquier otro chico que hubiera tenido el placer de conocer.

-¿Lo que has bebido tenía alcohol?-le pregunté ignorando su pregunta.

El me miró un segundo y luego negó con la cabeza.

Hermanatros (1)Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα