Los recuerdos de una amistad invadían los pensamientos del libertador
Una amistad que se había esfumado como el humo
Sus mayores miedos estarían apunto de comenzar por la terca necedad del Faraón. . . . . .
Después de la visita de Moisés y Aarón, las cosas en el palacio se volvieron tensas y preocupantes.
La familia real se encontraba en la sala del trono consumiendo sus alimentos matutinos, pero el ambiente estaba invadido por un rotundo silenció, las miradas entre las mujeres de la familia se cruzaban, una tenía que romper el silenció. . . .
Padre - habló la princesa heredera llamando la atención del rey.
- Hija mía que sucede? - la miró.
- Quisiera hablar con usted sobre las obras del reino- dijo la princesa con su mirada puesta en Ramsés.
- Claro mi querida, ¿Hay buenas noticias? - preguntó al sonreír.
-¡Claro padre! Todo está saliendo perfecto a los planos- le respondió animada - pero quisiera pedirle que removiera la orden que decretó sobre no darle más paja a los hebreos.
La princesa Ariadna suspiró tensa y preocupada por la reacción que llegaría a tener su padre y cómo se lo esperaba esas palabras no fueron para nada agradables para el rey.
- Ese asunto se quedará cómo está hija, no hay vuelta atrás - dijo serio el faraón.
- Pero padre tanta carga laboral los cansará demasiado y no podrán rendir bien al trabajo, se retrasará todo - insistió preocupada la princesa.
- No- dijo serio - los hebreos son unos perezosos.
- O más bien su conflicto es personal hacia Moisés - dijo molesta al cruzarse de brazos - los esclavos no son flojos, hacen mucho más trabajo que los egipcios.
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Un Amor Prohibido
Historical FictionNi los propios dioses igualan su belleza Ella es la hija del faraón y yo un simple soldado... Cómo podría una princesa fijarse en un hebreo.....