Capítulo 55

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Samay Meyer

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Samay Meyer

—Estas loca, Adina. —suspiré, recargandome en la ventana, intentando que el aire volviera a mis pulmones.

Anxton al parecer logró a tiempo abrir la puerta, lo que hizo que saliéramos sanas y salvas, el golpe fue por la vuelta repentina que Adina dio para integrarse a la carretera.

—¡CONSIDERATE TRES METROS BAJO TIERRA, ADINA! —se escuchó otra vez, una voz distinta a los de mis compatibles, lo que probablemente sea un compatible de Henar, que tenía su mano en el pecho y se veía muy pálida.

—¡Callate, Bryne! ¡Le hacés algo y el que va a estar bajo tierra vas a ser tu! —esta vez se escuchó la voz del que supongo es un compatible de Adina.

—Gracias, Anxton. —logre decir, con la respiración entrecortada.

Nuestra conductora (que estoy tan arrepentida de haberla elegido a ella), seguía en silencio, manteniendo su alta velocidad.

—Tienes una oportunidad, Adina. O paras el auto en este jodido momento o... —las palabras de Bastian no terminaron de escucharse, ya que Adina prendió la música y la subió a todo volumen.

—¿¡Qué diablos te pasa?! —le grité.

—¡Adina, baja la velocidad, es una zona de muchas curvas!

—Hay algo, Samay. —la alcance a escuchar a pesar de que la música seguía muy alta y se mezclaba con esos gritos. —Como te das cuenta, me espían. Escuchan todo lo que digo y ven todo lo que hago. Intentó salvarlas de eso. —Henar y yo nos miramos entre nosotras.

El carro comenzó a moverse de un lado para otro, pues estábamos en una zona que como efectivamente dijo Henar, estaba repleta de curvas, complicadas de manejar.

—¡Bien! —gritó Henar lo más alto que pudo. —¡Te seguiremos hasta la muerte, pero por favor dinos a dónde vamos! —grito, la rubia la miró de reojo.

—Vamos con los Yankees.  —y lo entendí.

Que significa "hay que escapar".

Si, tenemos formas de comunicarnos en clave, después de tantos problemas en los que nos metimos juntas, necestibamos una forma de que la gente no se enterará de lo que planeabamos, íbamos a hacer o hicimos.

Me relajé en mi asiento, aún afectada por el repentino golpe de adrenalina.

Seguía moviendose bruscamente el auto y tras de nosotros, continuaban el mismo número de camionetas. En el auto, aun se escuchaban las canciones aleatorias de la playlist de Adina, combinados como con gritos.

Pero qué buenos altavoces tiene su auto para que no se distinga nada de lo que dicen.

Gracias a la velocidad a la que íbamos, llegamos rápidamente a la ciudad. Como era una noche de sábado, había un poco de tráfico.

5 están bien, pero, ¿15?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora