Capítulo 45

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Samay Meyer

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Samay Meyer

—¡Rex! —grite exaltada, acercandome rapidamente a ver el estado en el que mi mejor amigo se encontraba. Camine sobre mis rodillas, acercándome a él, pero antes de llegar al castaño, unos grandes y fuertes brazos me tomaron de la cintura, y me alzaron, cargandome.

Tan solo, ¿cómo es posible que un humano sea tan fuerte como para poder cargar tantos kilos de una?

No entendía nada de lo que sucedía. Estaba tan confundida como cuando me preguntaron en mi exámen en qué año se descubrió América.

Mire rápidamente al de ojos azules, que solo me sonrió como si nada. Iba a decir algo, pero de repente, de un impulso me lanzó en el aire como pelota de béisbol. Grité asustada, esperando el impacto del suelo, pero al contrario de eso, unos brazos me recibieron.

¿Cómo y qué era lo que acaba de suceder?

Me aferre al cuello de ese espécimen que me lanzó por los aires, solo porque se le dio la gana. Abrí los ojos cuando supe que ya no había peligro.

—¿Qué sucede aquí? —pregunte exaltada. Me moví frenética intentando que el castaño me bajara, pero en cambio, este solo me miraba con los ojos brillosos y una sonrisa.

Que guapo hombre.

—Tranquila, Sammy. Estás ya en un lugar seguro, justo donde perteneces. —mencionó el de ojos grises.

Solté un jadeo al verlo. Tenía algo que lo hacía verse diferente. Todos, se veían diferente.

Miré embobada al castaño, donde él y el otro castaño me veían con muchas ganas.

Lucian comenzó a bajarme lentamente y Domani tomó mi cintura, para que no me cayera.

—Mani. —suspire, sin entender nada, sintiéndome débil y con muchas preguntas en su mente.

La última vez que lo había visto, me prometió que estaría con su compatible.

Sentí como un mareo me golpeó y casi me caigo, si no fuera porque Lucian y Domani me sostuvieron.

—¿Estás bien? El idiota de Lucian no tuvo cuidado. —expresó, con una sonrisa.

—May. —mire al que me hablaba. Khaled había pronunciado esas palabras y detrás de él estaban los demás, esperando algo. Me separé de los dos Frensby Ajax, para acercarme a los demás.

¿Han visto esas escenas en las películas donde el protagonista superpoderoso se enfrenta a un ejército él solo y gana? Así me sentía. Era yo contra estos quince hombres.

Pero... ¿cómo sucedió esto?

Mire cara a cara a Khaled, que era el más cercano a mi.

—No estoy entendiendo nada. ¿Qué es lo que hacen aquí? ¿Y Nina? —me rasque la cabeza frustrada y fruncí la nariz.

5 están bien, pero, ¿15?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora