Solamente buscaba mi libertad. Quería ser libre. Pero gracias a ese estupida prueba que me obligaron a presentar, los encontre.
Volví a ser encarcelada.
Y ahora, con el triple de dolor.
Era como... una flor marchita.
.-.-.-
Espero y que la disfrut...
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Cuatro días después
Samay Meyer
Estaba hasta atrás, mirando como papá Ezra terminaba de darles el recorrido a los Frensby Ajax.
A ellos les sonreía, los abrazaba, les hablaba y a mi ni pío me dijo, ni una mirada... nada. Igual que mis otros padres.
Toda la semana tuvimos recorridos, en todos mis padres estuvieron presentes y nada.
En toda la semana no me quede en mi casa, al igual que mis amigas. Las tres estábamos en las mismas. Los Frensby Ajax, arreglaron un cuarto para cada una en el hotel Qarrinton. En diferentes pisos cada una, pero tuvimos un lugar donde quedarnos.
—Señores Frensby Ajax, es hora de irnos. —pronuncie fríamente. Papá Ezra me miró de reojo y su sonrisa cayó lentamente. Lo miré indiferente.
Me di la vuelta y comencé a caminar, ignorando si venían siguiéndome.
Algún día el karma les llegará.
Y no les deseo ningún mal a ninguno de los siete, solo estoy dolida y resentida. Y tengo tantas dudas. Hace menos de una semana, teníamos la mejor relación del mundo, ¿qué fue lo que nos pasó?
¿Por qué otra gente que no era mi familia de sangre me apoyaba más de lo que sentía que ellos lo hacían?
Sentí unas manos en mi cadera, sacándome de mis pensamientos, haciendo que me sobresaltara.
Me di la vuelta, dispuesta a proporcionarle un buen golpe al que me había tocado, pero detuvieron mi puño, antes de que impactara con su cara.
—Calma, fiera. —dijo Yael. Me sorprendí un poco.
En todo el tiempo que llevamos pasando juntos, el ojo azul, no me había tocado nunca, solo teníamos conversaciones interesantes.
Pero, siempre fue muy reservado con lo del contacto físico.
Y si, no me pueden culpar. Duré más de cinco días sin nadie con quien hablar, más que con estos quince hombres. No tenía de otras más que convivir con ellos. Mis amigos, estaban muy llenos de trabajo, que ni tiempo de comer tenían; y mis amigas, los chicos con los que convivían, no las soltaban para nada, igual que a mi.
Además, no lo piensen mal. No era un contacto físico de pareja, simplemente abrazos o un contacto mínimo.
Descubrí que Bastian y Khaled, fuera de las cámaras, son algo serios y reservados; pero siempre te muestran una sonrisa y quieres platicar siempre conmigo. Brais, Lucian y Domani, tienen personalidades muy parecidas: son demasiado enfadosos, siempre quieren estar encima de mí, tocándome o así, claramente con un buen golpe o unas cuantas palabras, los bajo de su nube. Areu, Yael y Anxton, son los más maduros de todos ellos, los que me respetan más.
